El Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) perdió más del 50% de su valor medido en dólares durante los cuatro años de Mauricio Macri. El rol de la Anses será clave en la política de ingresos de cortísimo plazo. Y como eje articulador de una estrategia de desarrollo a mediano plazo.

 


Alberto Fernández, primero como candidato y luego como presidente a punto de asumir, se encargó de trazar uno de los objetivos centrales para su gobierno. “Encender la economía”. Claro que no basta con subir una tecla, hay varias aristas a considerar tanto a nivel macro como microeconómico. Uno de los lineamientos del nuevo Gobierno es recuperar el poder de compra de los sectores de menos ingresos para recomponer la demanda del mercado interno como dinamizador de la economía.

Rol de Anses

Para apuntalar la recomposición de ingresos de los que menos ganan, el rol de la Anses será central. Su nuevo titular a partir del 10 de diciembre, el expresidente del Banco Central durante el kirchnerismo, Alejandro Vanoli ya tiene sobre la mesa el plan de acción que tiene tres grandes trazos. Recuperar el valor del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), mejorar el poder adquisitivo de los sectores de bajos ingresos y optimizar la atención de los jubilados.

Allá por febrero de 2019, aun cuando la unión del peronismo era una utopía, y cuando Vanoli ni imaginaba la posibilidad de hacerse cargo de la Anses, escribió lo que llamó “16 Bases para un programa de reconstrucción nacional”. En ese documento estableció una serie de aportes para un Pacto Social y un plan de desarrollo.

Casi como una premonición, aquel plan de consensos básicos ideado en el escritorio pasará ahora a la acción. Como para no dejar dudas sobre el futuro del Sistema Previsional Argentino (SIPA), en la propuesta número 15, Vanoli había escrito sin medias tintas: “Fortalecer y mantener el carácter público del sistema de la seguridad social”, lo que claramente echa por tierra el plan de Cambiemos sobre el futuro del sistema.

Privatización

Es que durante el gobierno que termina de Mauricio Macri, la privatización de las jubilaciones siempre estuvo sobre la mesa de operaciones. De hecho, en 2017 cuando bajo la sombra que los brotes verdes le empezaban a dar, y con la elección de medio término en el bolsillo, Macri consiguió que el Congreso le apruebe la reforma previsional. Que como eje central tuvo el cambio de la fórmula para calcular la movilidad jubilatoria.

Además, en la propuesta 11 de su trabajo, Vanoli proponía ya en febrero de este año un aumento de salarios, pensiones y asignaciones. Según su visión, “este aumento permitirá recuperar los salarios reales. Y generar estímulos a la oferta (créditos productivos, reembolsos, subsidios) para que la demanda se vea acompañada por una mayor oferta”.

Deterioro de los ingresos

Como se demostró en los números, el cambio de la fórmula y frecuencia de la actualización de los haberes previsionales, produjo un profundo deterioro de los ingresos. Es que la estimación de la movilidad impacta en los sectores de menos ingresos que totalizan unos 18 millones de beneficiarios, entre los que hay 6,9 millones de jubilaciones y pensiones, 1,7 millón de Pensiones No Contributivas y Pensiones Universales para el Adulto Mayor, 5,2 millones de asignaciones familiares y casi 4 millones de la Asignación Universal por Hijo (AUH).

Hay que recordar que con el aumento del 8,74% de diciembre, la jubilación mínima alcanzó apenas los $14.068, una cifra que tiene vigencia hasta febrero de 2020. Según las estimaciones que maneja el inminente titular de la Anses, Alejandro Vanoli, desde septiembre 2017 la jubilación mínima perdió en términos reales un 25%, mientras que la AUH resignó un 20% del poder de compra.

Es por eso que la nueva gestión de la Anses ya trabaja en un aumento de emergencia que recomponga los ingresos de los jubilados tal como lo confirmó Alberto Fernández al presentar a su Gabinete.

Recuperar el valor del FGS

Luego de conseguir la luz verde para la reforma previsional de un Congreso amilanado por el resultado de las elecciones de 2017, Macri ordenó el avance de un proyecto de Seguro de Retiro Voluntario, es decir, la vuelta de las administradoras de fondos. Los argumentos eran los mismos que llevaron a la privatización del sistema en 1994: la falta de financiamiento y la amenaza del sistema previsional.

En el equipo de Alberto Fernández la mirada sobre el problema es diametralmente opuesta. Es que para el nuevo gobierno son las políticas de Cambiemos las que llevaron a utilizar a la seguridad social como una “válvula de contención” ante el desempleo y la pobreza, generando el caldo de cultivo necesario para volver a traer a escena el debate sobre los desequilibrios del sistema previsional y por ende la necesidad de privatizarlo.

En esa línea, la reforma tributaria y el consenso fiscal alcanzado con las provincias en 2017, perjudicaron directamente a la Anses. Sobre todo, al declarar 100% coparticipable el Impuesto a las Ganancias que hasta ese momento era la mayor fuente de recursos tributarios.

De esta manera, la Anses cerrará en 2019 su tercer año consecutivo de déficit, con un total de $136.900 millones, más de 0,5% del PBI. Mientras que el sistema previsional terminará este año con un rojo de $612.471 millones.

Deterioro del FGS

A esta situación se le suma el fuerte deterioro del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), que según el último informe disponible de la Anses, al segundo trimestre de 2019, registró tenencias medidas en moneda dura por u$s32.000 millones, lo que representa una caída de un 53% respecto al valor que tenía en diciembre de 2015.

Como se sabe el FGS está conformado por los títulos públicos y acciones que poseían las AFJP al momento de su estatización en 2008. Como parte de su plan económico, Cambiemos apuntaba a desprenderse de las tenencias de acciones en la medida que las empresas hicieran ofertas para la recompra. Así vendió su participación de Quickfood, Petrobras y Solvay. La condiciones de mercado hicieron que el Gobierno de Macri no pudiera vender a la velocidad y cantidad que pretendía desde el inicio de su gestión en diciembre de 2015.

Esto se agravó además por el plan “reelección” que lanzó Mauricio Macri y que llevó a la Anses a auxiliar al Tesoro con colocaciones directas porque se convirtió prácticamente en el único organismo que financió el creciente déficit fiscal del Gobierno Nacional, comprometiendo su liquidez y su capacidad para financiar a la economía real.

En este contexto, a septiembre de 2019 la composición de la cartera de la Anses pasó a una tenencia de títulos públicos del 64% y disminuyó fuertemente el aporte a proyectos productivos esenciales para el crecimiento económico. Es que la inversión en proyectos productivos descendió del 13% en diciembre de 2015 al 4,80%, concentrada en Procrear y Atucha 2.

Reperfilamiento 

Con el reperfilamiento lanzando por el ministro de Economía saliente, Hernán Lacunza, en los últimos meses se ha deteriorado aún más la cartera del FGS incluyendo más activos públicos en condiciones totalmente fuera de mercado.

En el gobierno entrante aseguran que reciben “un sistema previsional comprometido y un FGS complicado en su liquidez y en su capacidad para financiar a la economía real”. No obstante, están convencidos de la necesidad de convertir al Sistema de Seguridad Social (SSS) “en la piedra angular de la política económica y social”.

Tal es así que, a minutos de confirmar su gabinete, en diálogo con C5N, Alberto Fernández sostuvo: “Todas las cuentas públicas son desastrosas. El déficit fiscal, la situación del Banco Central. Hoy estaba con Alejandro Vanoli que se va a hacer cargo del Anses, viendo las cuentas del Anses, al Fondo de Garantía lo han llenado de pagarés del Estado, es una vergüenza lo que han hecho”.

Perfil de cartera de inversiones

Ante este panorama, el objetivo es mejorar el perfil de la cartera de inversiones del FGS, mediante el saneamiento de activos tóxicos, y el mantenimiento de las acciones de empresas de primera línea que posee el fondo de la Anses.

Como las prestaciones sociales alcanzan el 60% del gasto primario del sector público nacional y las jubilaciones y pensiones contributivas representan el 78% de esa cifra, el rol de la Anses será clave en la política de ingresos de cortísimo plazo. Pero también a través de la recuperación del FGS y la inversión pública en sectores estratégicos apuestan a que el Sistema de Seguridad Social se convierta en un eje articulador de una estrategia de desarrollo a mediano plazo.

Al próximo ministro de Economía, Martín Guzmán, le corresponderá renegociar al deuda contraída y defaulteada por el macrismo, y a Matías Kulfas le tocará en su carácter de ministro de Desarrollo Productivo gestionar política que reanimen el aparato productivo nacional. En esa línea, el pedido de Alberto Fernández para Alejandro Vanoli en la Anses es alinear la seguridad social a las políticas del Gobierno Nacional en materia fiscal, monetaria, cambiaria y de desarrollo para recrear un círculo virtuoso en el que haya una mejora de los ingresos de los jubilados, pero al mismo tiempo se logre recuperar el crecimiento, bajar la pobreza, reducir la inflación, lograr el desendeudamiento y conseguir los equilibrios fiscales y externos.