El calor se hizo sentir ayer cuando el termómetro marcó los 37 grados. Para hacerle frente, los locales del centro activaron los aires acondicionados y se disparó el consumo provocando el consiguiente corte de luz, que fue entre las 17 y las 19. La buena noticia es que entre mañana y pasado entrará un frente frío que bajará las temperaturas.
La Empresa Provincial de la Energía (EPE) prometió un plan para dar respuesta a la alta demanda, pero ayer ya mostró sus deficiencias.
Los comerciantes ofuscados activaron los generadores eléctricos y la peatonal se llenó del ruido de los motores, un cuadro que ya se convirtió en una postal tradicional del verano rosarino.