Con la presencia del presidente Alberto Fernández, Omar Perotti y Alejandra Rodenas juraron como gobernador y vicegobernadora de la provincia de Santa Fe. El mandatario brindó su primer discurso frente a la Asamblea Legislativa donde se refirió a los puntos claves que atenderá desde sus primeros días de gobierno: industria, trabajo, seguridad, educación y alineación con el gobierno nacional.
Luego de largos meses de transición, las palabras del flamante gobernador apuntaron fuertemente hacia la gestión saliente, a quien acusó, principalmente, de connivencia con el delito y de llevar a la provincia a un grave endeudamiento.
Pese a la pequeña distancia que separaba a Miguel Lifschitz de Omar Perotti durante el acto de ceremonia, al nuevo gobernador no le tembló el pulso al denunciar que el socialismo estableció un pacto de gobernabilidad directo o indirecto con el delito vinculado al narcotráfico: "Este negocio se ha expandido al amparo de la desidia y la ignominia estatal. Tal como hemos visto a lo largo de este año en casos de notoriedad pública, el desdeño estatal se manifestó en la vista gorda policial pero también judicial y política, cuando no en la complicidad asentada en un pacto de gobernabilidad", expresó Perotti.
Por otro lado, advirtiendo sobre la provincia que recibirá, el nuevo gobernador admitió su preocupación por el déficit fiscal y los guarismos pactados en el presupuesto del año próximo. Perotti alegó que en el último tiempo los gastos crecieron más que los recursos y que a octubre de este año la deuda es de 9.129 millones de pesos. Comparado el período enero–octubre de este año con el mismo periodo del anterior, el resultado fiscal es negativo en un 316%, "no observándose en ese período un deterioro de semejante magnitud en ninguna provincia argentina", cuestionó.
Perotti, además, demostró su descontento frente a la aprobación del presupuesto del año próximo, el cual fue impulsado por el ahora Presidente de la Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe, Miguel Lifschitz, al referirse a que un gobierno saliente no puede definirle el presupuesto al gobierno nuevo que la gente eligió, sin respetar las prioridades que los ciudadanos legitimaron con sus votos.
Luego de doce años ininterrumpidos de gestión del Frente Progresista, el Justicialismo retornará al poder provincial con el difícil desafío de sortear una actualidad compleja, aunque con el respaldo de compartir el mismo signo político que a nivel nacional.