Hay quienes les gusta acompañar la cena con una copita de vino o un chop de cerveza. El alcohol es una bebida social que reúne a las personas para compartir un momento de diálogo entre pares, y suele estar presente en momentos festivos. Sin embargo, incorporar esta bebida alcohólica de forma rutinaria podría aumentar considerablemente las posibilidades de sufrir algún tipo de cáncer, aseguró un grupo de investigadores de la Universidad de Tokio en conjunto con Harvard.

Los tipos de cáncer que más se desarrollaron por este hábito son el de boca, garganta, cuello y mamas. Ante esta problemática, los especialistas aseguraron que ninguna , ya sea mediana o pequeña, de alcohol es beneficiosa o segura para el organismo.

“Existe una enzima llamada aldehído deshidrogenasa que se desarrolla cuando se bebe constantemente alcohol. Esta daña al conjunto de células que componen los órganos y por ende, su ADN”, explica a Con Bienestar Lucrecia Alegrette (M.N. 134.725), médica oncóloga.

La doctora cuenta que, en el caso específico de las células cancerígenas, su reproducción es mucho mayor que lo normal y esto se debe a que ese ADN se dañó. “El alcohol bloquea su función vital, provocando que las células cancerígenas proliferen”, agrega.

El estudio

Se trabajó en base al análisis de 120 mil personas de origen japonés. Algunos participantes consumían varias copas de alcohol diariamente mientras que otros no. Los científicos advirtieron que tomar al menos dos bebidas de entre 180 y 500 mililitros cada una por día durante un lapso mayor a cinco años, podía aumentar el riesgo de padecer cáncer.

La información se basa en la comparación de estudios clínicos de pacientes hospitalizados con los de personas sanas. Evaluaron que existía una asociación muy marcada entre las bebidas blancas y el cáncer. “El consumo de ligero a moderado es malo y es necesario alentar a la promoción de educación pública sobre los riesgos que este conlleva”, argumentó el doctor Masayoshi Zaitsu, autor del estudio.