Antes del default, la aceitera vendió de Renova a sus socia Glencore y uso esos fondos para saldar deudas.

Un grupo empresario de capitales bonaerenses con fuerte vinculación al negocio portuario inició sondeos para comprar activos de Vicentín, según confirmaron a punto biz fuentes que participan de las gestiones.

Los sondeos arrancaron este pasado fin de semana y al grupo le interesan los activos de Vicentín SAIC, que nuclea el core-business de la empresa, pero también su participación en Renova y otros negocios, como Terminal Puerto Rosario (TPR), empresas que están bajo el paraguas de Vicentín Family Group, y que no están alcanzadas por la cesación de pagos.

Una de los puntos fuertes que pone sobre la mesa el interesado es saldar sin quita y extensión de plazo la deuda comercial de u$s 350 M con productores, acopios y cooperativas en un plazo mínimo.

En este grupo interesado sostienen que el principal postulante por activos de Vicentín es Glencore, socio de la aceitera santafesina en Renova, y que si ellos aprietan el acelerador no hay quién les pueda ganar la carrera por la empresa.

Consultados por punto biz, fuentes de Vicentín con comunicación directa al directorio se abstuvieron de hacer comentarios sobre negociaciones de ventas y se centraron en el último comunicado oficial en el que informan que siguen en conversaciones para la reestructuración del pasivo de la agroexportadora.

Desde el arranque de la crisis, Vicentín siempre apostó por renegociar su deuda y no vender la empresa, sobre todo porque las condiciones que le pondrán los compradores no son para nada tentadoras. Es por eso que en el mercado cerealista local –adonde tienen bien fichado el carácter de los directores de Vicentín- estiman como dificultoso que acepten una venta a otra empresa privada en la que negocien desde extremada debilidad y por eso especulan que el esfuerzo está puesto en negociar con los bancos, sobre todo con el Nación (principal acreedor en el país con $18.000M), o conseguir una suerte de rescate/apalancamiento del Estado nacional habida cuenta de sus contactos políticos.  Relaciones, hay que aclarar, que estaban más aceitadas con el gobierno de Mauricio Macri, una factura que en la nueva administración justicialista no pocos dirigentes ya le estuvieron pasando.

Precisamente, esa falta de novedades sobre el avance de las conversaciones con los bancos no sólo tiene en vilo a los acreedores comerciales, que con cada día que pasan se les complica más su situación financiera y se les tensa más la cadena de pagos, sino que también alimenta versiones sobre interesados en comprar activos de la firma. En ese lote, siempre en calidad de rumor, aparecen Bunge, Cofco y Glencore. Aunque las condiciones macroeconómicas del país le ponen un signo de interrogación a este tipo de desembolsos extranjeros.

En tanto, ayer se informó que Vicentín vendió el 16,67% de sus acciones (438.233.700 acciones ordinarias) de Renova a la firma Renaisco, afiliada de Glencore Agriculture, el pasado dos de diciembre. Si bien la operación fue informada este miércoles, se realizó  antes del default de la aceitera santafesina y los fondos obtenidos se usaron para saldar deudas comerciales.

Ahora, Glencore es el accionista mayoritario de Renova SA, "con el 66,67% de las acciones", precisó un comunicado de la multinacional. Vicentin mantiene el 33,33% de Renova, firma conjunta creada en 2007 en Santa Fe con Glencore, donde cada una controlaba el 50%. Produce harinas y aceites de soja en Timbúes y biodiesel en San Lorenzo.