El general Qassem Soleimani fue asesinado el viernes en un ataque con dron de Estados Unidos cerca del aeropuerto de Bagdad. La muerte del arquitecto del expansionismo iraní en el Medio Oriente como jefe de la fuerza Al Quds de los Guardianes de la Revolución, aumentó las tensiones entre Irak y Estados Unidos.
Una marea humana llenó las calles de Teherán para homenajear al general, el más admirado en su país. Muchas personas con carteles, avanzaron hasta la Universidad de Teherán. Allí, el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, rezó por el fallecido.
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La gente invadió las avenidas Enghelab ("Revolución" en persa), Azadi ("Libertad") y sus alrededores. Lo hizo con banderas rojas (el color de la sangre de los "mártires") o iraníes, pero también libanesas e iraquíes.
"Este es nuestro mensaje para Estados Unidos: os golpearemos, os haremos pagar por la sangre vertida por vuestra culpa", dijo Mehdi Ghorbani, un funcionario que acudió al cortejo con su mujer y su hijo.