Los inspectores de tránsito no podían salir de su asombro. No es para menos: en un control carretero de rutina vivieron una situación sorprendente. El conductor de un automóvil estaba tan alcoholizado que al soplar rompió el aparato con el que se realiza el test de alcoholemia.

El incidente se registró ayer en Lago Puelo, Chubut, en la ruta provincial 16, en el límite con la provincia de Río Negro. Ahí una delegación de Agencia Provincial de Seguridad Vial (APSV), junto a la Policía del Chubut y la Dirección de Tránsito local, realizaron controles preventivos en horas de la madrugada.

El conductor ebrio se trasladaba en un coche Renault 12, color rojo. Frente al control, la medición subió tanto que terminó por romper el aparato con el cuál se realizaba la medición.

"Al no mostrar numeración en el alcoholímetro, el mismo supera la medición máxima de alcohol en sangre", señalaron las autoridades de la provincia en un comunicado, y añadieron: "La persona no contenía la documentación que acredite la propiedad del vehículo", por lo que se lo retuvieron. La situación fue tan extraña que el propio comunicado oficial la catalogó como "insólito".