Las camisetas de Maradona en el museo personal de Massimo Vignati, Foto: AFP
Este increíble caos de fotografías, banderines, brazaletes, camisetas -lavadas o no, dedicadas o no- contiene algunos objetos de culto.
El botín zurdo con el que Maradona metió el doblete ante Bélgica en las semifinales de México 1986. Foto: AFP
Aquí encontramos el banco donde se cambiaba Maradona en el vestuario del estadio de San Paolo o la mítica campera de K-Way con la que bailó e hizo malabares al ritmo de 'Live is Life' durante un calentamiento antes de enfrentarse al Bayern Münich.
Pero esta cueva del tesoro es testigo también del vínculo único entre el genio argentino y una familia que estuvo a su lado durante sus siete años napolitanos, cuando era el mejor jugador del mundo.
"Tuve la suerte de que mi padre fuera durante 37 años el intendente del estadio San Paolo y de los vestuarios del Napoli. Y mi madre fue la única cocinera de Maradona", explica Massimo Vignati.
Massimo Vignati es el hijo de la que fue cocinera de Maradona durante su estadía en Nápoles. Foto: AFP
Su hermana también fue la niñera de Dalma y Gianinna, las dos primeras hijas del 0, y él, Massimo, primero de niño y luego como adolescente, frecuentó a diario al ídolo de su cuidad.
"Estábamos con Diego de lunes a domingo. Él y su mujer nos ofrecieron todas estas cosas porque sabían que éramos muchos hijos, cinco niños y seis niñas", cuenta mientras mira las fotos de la época, cuando el departamento del argentino en lo alto de Posillipo, un barrio elegante de la ciudad, era como su segunda casa.
Durante mucho tiempo, las maravillas expuestas hoy en el sótano de los Vignati se quedaron en el estadio de San Paolo.
Las pelotas del Diez en el sótano mágico de Nápoles. Foto: AFP
"Mi padre tenía dos habitaciones. Una para todos estos recuerdos y otra para beber un buen café napolitano. Luego de su muerte, lo traje todo aquí. Pero el club sabe que este lugar existe. Si hacen un museo, siempre estaré disponible. Espero que todo pueda volver al estadio, era el sueño de mi padre", explica Massimo.
Mientras las cosas no van bien esta temporada en el Napoli, él tiene otro sueño: que regrese Maradona, un "napolitano nacido en Argentina".
"Con todo lo que está pasando, haría falta un Maradona, que cargue con todo y detenga las polémicas. Es un niño de Nápoles, es del pueblo. Nos reconocemos en él", opina.
"Si viene, habrá 90.000 personas en el estadio. Maradona... Aunque hables con los niños de hoy, lo saben. Está en el ADN de los napolitanos. Maradona es San Gennaro, el santo patrón, una figura inmortal".
El santuario de Maradona, un lugar único en el mundo. Foto: AFP
Durante su primer paso por Nápoles, en 2017, el 'Pibe de Oro' se abrazó con Lucia, la madre de Massimo, a la que presenta como su "'mamma' napolitana".
"Son hermosos recuerdos. Era educado, alguien bueno, muy apasionado. Cuando se fue, es como si hubiera perdido un hijo", declara ella en su apartamento, también lleno de camisetas y recuerdos del futbolista.
"La última vez, prometió a mi madre que a su vuelta, vendría para una buena comida, como en los buenos viejos tiempos. Siempre le gustó eso, mi madre cocina muy bien. Y él también dijo que vendría a ver este sitio", espera Massimo, cuyo segundo hijo se llama Diego.
"Podría vivir de las rentas si hubiera aceptado todas las ofertas que me han hecho. Pero son recuerdos de mi padre y de mi familia, nada está a la venta. Es un lugar dedicado a alguien al que amamos como a un hermano. Para nosotros, Diego es el 12º hermano".
Fuente: AFP y Clarín