Diciembre es época de eventos, celebraciones, reuniones, encuentros con familia y amigos. En este combo se mezclan la alegría, la nostalgia y la exigencia. Una de cada diez personas se sienten incapaces de hacerle frente a la "Navidad perfecta", según la investigación realizada por la organización benéfica de salud mental Mind. Esto aumenta si se sufre de alguna patología mental, como ansiedad o depresión, entre otras.

“En estas fechas se da una particularidad en general: las emociones rondan en relación a una cronología, a una temporalidad asociada a un momento de concluir. Finaliza el año y el imaginario social reflota en relación al tan mencionado balance: lo que se hizo o no, lo que queda inconcluso, lo que se posterga, lo que queda imposibilitado”, explica a Con Bienestar, Mariela Parlattore (M.N. 36242), psicoanalista.

En estas fechas hay muchas consultas exprés, comienzan en noviembre y terminan en enero, las personas quieren resolver lo pendiente y lo que no pudo concretarse, pero muchas veces, eso requiere de un proceso más largo. Es importante poder resolver estos dilemas no sobre fin de año con sobrecarga sino pensar que en cualquier momento es posible comenzar el cambio para buscar el bienestar psíquico.

Además, añade: “Por otra parte, son fechas asociadas a la familia (presente o ausente) y a todos los conflictos circundantes (con quién nos reunimos y cómo). Esta época se vincula a los duelos, se suele tomar una dimensión más notoria en fechas de reuniones masivas y se resiente la ausencia”.

La psicoanalista cuenta que, si bien está el imaginario social de festejo, es fundamental rescatar y considerar que no para todos debe ser un momento necesariamente feliz. “Más allá de que el año se termina y por más de que el sujeto esté atravesando un conflicto o un duelo y éste se sobredimensiona, lo importante no es el hecho en sí, sino las herramientas con las que cuenta ese psiquismo (caracteres psíquicos de un individuo) o con su posibilidad de dar respuesta o de construir, para afrontar el malestar que atraviesa”, señala.

Por otro lado, explica que en esta época se potencia el mostrar y el mirar a través de las redes sociales. “El ‘efecto instagram’ aumenta para mostrar lo más reluciente y la no falta, con el objetivo de ser visto por el resto”, describe la psicoanalista.

Parlattore señala que en una cultura donde prima la mirada digital por sobre la mirada presencial conectada desde el afecto e intercambio, donde se constituye el ser a partir de la virtualidad, “sería bueno poder rescatar la particularidad de cada uno mediante encuentros presenciales ya que el ‘efecto instagram’ tiene, justamente, un efecto nocivo”.

La palabra “fiestas”, también hace referencia a las emociones agradables y placenteras. Es fundamental valorar los afectos y los buenos balances, lo que hicimos bien, lo cual produce un amarre vital que siempre es agradable transitar.