La fuga de turistas de Venecia por temor a las inundaciones y las mareas altas con la cancelación del 45% de las reservaciones en el último mes, fue denunciada este viernes por las directivas de la Associazione Veneziana Albergatori (Asociación Veneciana de Hoteleros). «Desde mediados de noviembre, tras la histórica inundación, hemos registrado una reducción sin precedentes de las reservaciones. No ocurrió ni siquiera después de los atentados a las Torres Gemelas» en Nueva York en el 2001, comentó el presidente de la asociación, Vittorio Bonacini.

«El agua alta es un fenómeno ordinario pasajero, que siempre ha sido parte de la vida de los venecianos. Pero esa marea ha alcanzado un nivel excepcional por una muy rara coincidencia de cuatro factores absolutamente esporádicos y extraordinarios», agregó Bonacini. Sostuvo que «lo que no se dice es que toda esa violencia duró una hora y media, que después de tres horas la marea dejó Venecia y que la ciudad se reapropió rápidamente de su vida».

«Con mis colaboradores -aseguró la vicepresidenta de AVA, Stefania Stea- sacamos el agua por la noche y los clientes en el desayuno ni siquiera se habían dado cuenta de lo que había sucedido». Agregó que «la gente se instaló en las tiendas y reanudó su vida. El mercado del pescado al día siguiente estaba abierto y hoy sólo ocho muelles no funcionan. El resto de la ciudad, sí».

«En el primer mes registramos un pico del 45% de cancelaciones y se han tenido que cancelar eventos, conferencias e importantes iniciativas programadas para el próximo año», aseguró. «Si para la noche de año nuevo del 2018 se registró el 100%, este año no llegamos al 50%», lamentó Bonacini en una conferencia celebrada en la sede de la prensa extranjera en Roma.

Los hoteleros venecianos consideran que las impactantes imágenes de la excepcional marea del 12 de noviembre que dieron la vuelta al mundo, la peor desde 1966, desataron temores excesivos entre los viajeros, en particular de Estados Unidos, Reino Unido y Francia, que representan el 15%, 8% y 7% respectivamente de las llegadas.

«Uno de cada tres turistas proviene de esos países», explicó Bonacini, quien también recordó que el flujo de sudamericanos provenientes de Brasil, Argentina y Uruguay representa el 5% del flujo turístico, seguidos por China (4,3%) y España (3,6%).

La marea, un fenómeno de pocas horas

La ciudad de los canales, Patrimonio de la Humanidad, se inundó en la noche entre el 12 y 13 de noviembre por un aumento de la marea de 187 centímetros, el nivel más alto desde que en 1966 se alcanzaran los 194 centímetros, y se registró una víctima mortal. Un informe completo de los daños causados por la inundación en Venecia requerirá de un trabajo complejo, en una ciudad en la que la mera alta causó graves perjuicios a casas, negocios y joyas de su patrimonio cultural. FOTO: AFP
«Hubo mala información. Hemos recibido llamadas de Estados Unidos alarmados para preguntar si un niño alto 1,30 metros puede visitarla», aseguró Bonacini. Los hoteleros piden que se explique que la ciudad se encuentra a más de un metro sobre el nivel del mar y que cuando se habla de una marea alta de 1,30 m, la inundación es de 30 centímetros y sólo en algunos sectores del casco antiguo.

«Fue una marea alta extraordinaria, duró una hora y media y en pocas horas la situación se normalizó. Con un esfuerzo formidable de todos, Venecia regresó a la normalidad. No hay peligros ni dificultades», insistió. El mensaje de los hoteleros choca con los pedidos lanzados hace menos de un año ante el temor de que Venecia pueda morir de turismo masivo, que deteriora el ambiente y que cada año aumenta.

De los más de 31 millones de turistas que visitaron Venecia el año pasado, 20 millones pasaron sólo un día y sólo 11 millones y medio se alojaron en los 274 hoteles del centro histórico, según cifras de la asociación. «Dos tercios no pernoctaron en Venecia», resume Bonacini. «Se necesita gobernar el turismo. Una política seria de llegadas y salidas», pidieron los hoteleros.

El mismo pedido hecho por el presidente de la Federación Nacional de Hoteleros, Barnabó Bocca. Ante un patrimonio artístico y cultural inmenso como el de Italia, que produce cada año millones y millones de euros, las empresas del sector consideran que «no son escuchadas», lamentó Bocca. «Se necesitan medidas adecuadas. El turismo debe ser una prioridad en la agenda del gobierno y de los políticos. Es un deber», reclamó.

También se lucha contra la desinformación. Hay «clientes que nos dicen que tienen un hijo de 8 años y preguntan si para él Venecia no es demasiado peligrosa», contó el director de AVA, Claudio Scarpa. Y otros cancelan «debido al terremoto». «Pero el terremoto deja serios daños. El aqcua alta se retira», señaló. Y luego está el recuento de las responsabilidades y los problemas diarios de una meta turística como Venecia.