Ver una película podría tener un efecto agregado que seguramente no conocías. Además de la diversión y el momento de recreación que vivís cuando prestás pura atención a un largometraje en la pantalla grande, esta actividad podría ser tan buena como realizar ejercicio.

Las experiencias culturales como ir al cine brindan oportunidades para que nuestro cerebro dedique nuestra atención exclusiva durante períodos prolongados de tiempo

Los investigadores de la University College London (UCL) descubrieron que el ritmo cardíaco de los espectadores aumentó tanto como lo haría durante 45 minutos de entrenamiento de cardio livianos.

Fueron 52 los protagonistas del estudio. En realidad, 51 personas y una película muy popular: Aladdin, el remake que se estrenó en 2019. Los encargados de las pruebas usaron sensores para rastrear las frecuencias cardíacas y las reacciones de los rostros de los espectadores, según publicaron en el resumen del estudio.

La investigación, que se hizo en conjunto con Vue Cinemas, determinó que en el cine las personas pasaban alrededor de 45 minutos en una "zona cardíaca sana" con el corazón latiendo entre el 40 y el 80 por ciento de su frecuencia máxima. Para un promedio de 30 años, esto podría ser entre 95 y 160 latidos por minuto. Una frecuencia cardíaca normal en reposo es de entre 60 y 100 bpm.

El mismo efecto podría lograrse con un ejercicio cardiovascular suave, como caminar despacio o hacer trabajos de jardinería. Además, el corazón de las personas que vieron la película también parecía sincronizarse y latir al unísono, lo que podría crear “una sensación de unión”, agregan.

Recuperar la concentración perdida

“Las experiencias culturales como ir al cine brindan oportunidades para que nuestro cerebro dedique nuestra atención exclusiva durante períodos prolongados de tiempo”, explica el profesor de neurociencia de la UCL, el doctor Joseph Devlin.

A medida que el cerebro se va sumergiendo en los laberintos que ofrece el film, el cuerpo reacciona y es estimulado por esa acción, pero no solo como explicamos arriba, además, ese largo período de concentración también tiene beneficios para la mente.

Ir al cine puede ser un buen elemento para ejercitar la concentración y la memoria, porque a decir verdad ¿cuántas veces nos concentramos plenamente en algo? Sin ningún tipo de distracciones por, al menos, dos horas, u hora y media.

Hoy en día los múltiples dispositivos hacen que nuestra cabeza se la pase dispersa. Los teléfonos inteligentes, las tablets y toda la tecnología de hoy en día hacen imposible la concentración en casa. Ver una película de corrido y con la consciencia plena en ella se vuelve una misión difícil de lograr.

Además, el profesor hace referencia a que nuestra capacidad para mantener la concentración y la atención juega un papel fundamental a la hora de la resolución de ciertos problemas.