Desde el 7 al 14 de febrero se conmemora la  Semana Mundial de la Prevención de las Cardiopatías Congénitas. En este marco, especialistas de todo el mundo buscan concientizar sobre una problemática que, si se diagnostica precozmente, puede ser abordada a tiempo.

El impacto de una enfermedad por virus sincicial respiratorio (VSR) puede ser grave en otro sentido. las dolencias no terminan cuando el bebé es dado de alta sino que pueden durar semanas.

En Argentina cada año nacen entre 6.000 y 7.000 bebés con alguna cardiopatía congénita, malformaciones del corazón producidas durante la vida fetal, consideradas el defecto congénito más común del mundo. Debido a la fragilidad de sus pulmones y conductos respiratorios, tienen mayor riesgo de sufrir otras complicaciones, como bronquiolitis o neumonía.

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Esta población tiene un riesgo 4 a 5 veces mayor de hospitalización por infección por virus sincicial respiratorio (uno de los principales causantes de la bronquiolitis) respecto de los niños sanos, como también, más riesgo de evolución grave y complicaciones por lo que prevenir las infecciones respiratorias es muy importante.

El virus sincicial respiratorio (VSR), uno de los principales causantes de la bronquiolitis, es una enfermedad respiratoria que afecta las vías aéreas inferiores o ‘bronquiolos’, es de fácil contagio y se transmite de persona a persona por el contacto directo con secreciones nasales.

El impacto de una enfermedad por VSR puede ser también grave en otro sentido, ya que las dolencias no terminan cuando el bebé es dado de alta sino que pueden durar semanas. Los encargados del cuidado de estos niños con VSR han informado que su salud empeora considerablemente hasta dos meses después de haber sido dados de alta.

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¿Cómo saber si un niño tiene bronquiolitis?

Existen ciertos síntomas propios de los niños con bronquiolitis. Los principales son la mucosidad nasal, la tos y el catarro y la respiración más acelerada (taquipnea) y ruidosa con silbidos (sibilancias). Además, los niños con bronquiolitis se agitan fácilmente y al respirar se le hunden las costillas. Estos niños manifiestan también cierta  dificultad para alimentarse o para conciliar el sueño y presentan fiebre con temperatura mayor a 38°C. Es importante saber también que cuánto más pequeño es el niño, más importantes pueden ser las complicaciones, con lo cual es precisa la consulta inmediata con el médico pediatra.

Para prevenir las infecciones respiratorias, es muy importante reducir la exposición del bebé al virus sincicial respiratorio (VSR) principal causante de las mismas y para esto se recomienda:

  • Impulsar y mantener la lactancia materna.
  • Lavarse las manos.
  • Cumplir el calendario de vacunación y con las vacunas que determine el pediatra, tanto para el bebé como para quienes conviven con él.
  • Evitar la contaminación ambiental con humo (ya sea humo de cigarrillo u otros).
  • Evitar el hacinamiento.
  • Ventilar los ambientes tanto de las casas como de los lugares de trabajo.
  • Concurrir a los controles rutinarios con el médico.
  • En el caso de los grupos vulnerables cumplir con el esquema completo de inmunización pasiva que actúa como un “escudo” para su protección.