Continúa el conflicto en la clínica Sagrada Familia, luego de que el viernes pasado se comunicara de manera desprolija y fuera de la ley el cierre del efector, dejando en la calle a más de 50 empleados.
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El dueño no asistió a ninguna de las tres audiencias que se realizaron en la secretaría de Trabajo por la situación. A pesar de esta irregularidad, empleados comenzaron a recibir telegramas de despidos.
Juan Manuel Pusineri, secretario de Trabajo de la provincia sostuvo ante la prensa que el dueño de la clínica se encuentra en situación de rebeldía con dicho organismo del Estado. Es más, confirmó que la policía lo buscó en tres domicilios y no pudo encontrarlo para hacerlo comparecer.
Mediante una providencia de la dirección regional, se librará un oficio a migraciones para que informe sobre el paradero del titular del establecimiento.
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Además, el funcionario sostuvo que se podría dictar la conciliación obligatoria, lo cual frenaría los despidos de las familias que quedaron sin trabajo.