El gerente de Relaciones Públicas de Aguas Santafesinas, Guillermo Lanfranco, afirmó que el Paraná es un río sano, a la vez que aseguró que los líquidos cloacales que se vierten de las plantas potabilizadoras de Rosario y Granadero Baigorria no afectan al servicio de agua potable.
La empresa posee un sistema de recolección de líquidos cloacales que, a través de emisarios y cañerías, desaguan metros debajo de las plantas potabilizadoras, con lo cual no afectan las tomas de agua.
“Como proveedores de agua consideramos que el Paraná es un río sano”, insistió Lanfranco a Radio 2 y señaló que si bien décadas atrás había interrupciones de las tomas por contaminación, eso terminó en la década del 90, cuando las industrias de la región tuvieron que hacer una adaptación muy fuerte a normativas internacionales de calidad. “Todo eso hizo que el río resultara beneficiado”, señaló.
En cuanto a los residuos cloacales, dijo que el Paraná “tiene una altísima calidad de autodilución”, pero que la idea es en un futuro dejar de arrojar “residuos en forma cruda” y por eso “se trabaja en diseño de plantas de tratamiento, que son obras muy grandes”