Es común escuchar que alguien quiere bajar algunos kilos para llegar de la mejor a un evento importante. Lo que no es habitual es escuchar a alguien que quiera engordar, y menos si esa persona tiene un sobrepeso que pone en peligro su salud.

Este es el caso de Jessica Wilson, una mujer de 26 años que vive en West Chester, Pensilvania, y que encontró el amor en internet, a través de un sitio web para personas de la comunidad alimentadora (feeder community). Ella buscaba a un “feeder” o “alimentador”, alguien que disfrutara de darle de comer a su pareja y verla engordar. Además, quería que a esa persona le gustaran las “mujeres grandes”.

Del otro lado de la pantalla encontró a Eric Buddenhagen, un gerente de servicio al cliente que justamente buscaba una mujer “más grande a la que pudiera sobrealimentar”. Fue amor a primera vista, según dicen ellos. Su primera cita fue en agosto de 2019: comieron pizza, vieron películas y jugaron videojuegos. Durante ese encuentro, ella le reveló a Eric su interés por alcanzar su “peso objetivo” de 272 kilos.

“Si bien la situación podría leerse como una patología, ambos encontraron a su par adecuado que le permite satisfacer su condición particular de goce. Desde la psicopatología podría encasillarse, aunque si cada uno de ellos elije esa situación y está consensuado, y no es vivido subjetivamente como problema sino como una supuesta completud, se pensaría como la condición necesaria y exclusiva que debe tener el objeto de amor”, indica al medio online Con Bienestar la licenciada en psicología Paola Andreatta (MP 51286), del equipo de Salud Mental del Hospital de Alta Complejidad Néstor Kirchner de Florencio Varela.

Un mes después de conocerse, comenzaron con los días de “relleno” en los que, con la ayuda de su pareja, ella come 10 mil calorías dos veces por semana. “En un día normal como cinco mil”, aclara. En diciembre, él la sorprendió con un anillo de compromiso en un helado. Ahora, ambos planean casarse este año y cumplir con el plan de Jessica.

“En un día de relleno, Eric me lleva a un patio de comidas y me pide todo lo que quiero durante todo el día para ver cómo se me hincha el estómago, y mientras estoy comiendo, me acaricia la panza y me dice palabras de aliento”, describe Wilson, según publica en su web el portal The Sun.

 

Esta extraña manía por engordar se ve favorecida por el hecho de que ella tiene un título en artes culinarias y le “encanta preparar comidas para ambos”. Pero el alimento no se limita solo a la cocina, Jessica explica que les gusta incorporarlo a su vida sexual “de vez en cuando” ya que incluye un nuevo nivel de intimidad y algo que “ambos aman”.

A pesar de su sobrepeso, Jessica asegura estar sana, y afirma que toma medidas para garantizar que su dieta no la ponga en riesgo. “Amigos y extraños me dijeron que soy gorda y no saludable toda mi vida, pero todos los médicos que visité están conmocionados por lo saludable que estoy. La presión sanguínea, el colesterol y el azúcar están bien dentro de los rangos saludables. Camino todos los días, como muchas frutas y verduras y tomo multivitaminas", detalla.

Por su parte, la licenciada Andreatta advierte: “Esto tiene un impacto negativo en la salud orgánica que quizás sea lo único que pueda poner coto a ese tipo de vínculo. Aunque también la podría llevar a la muerte, porque gobierna una pulsión de muerte y no de vida”.