Sin controles estrictos en el ingreso a Colombia y con el antecedente del doping positivo de Robert Farah, el equipo argentino toma sus precauciones para evitar una posible contaminación y posteriores sanciones.

Llegar al aeropuerto internacional El Dorado, de Bogotá, y atravesar los puestos de Migración no lleva demasiado tiempo ni exige de muchos controles de parte de las autoridades locales. Sólo en el sector de Aduana es el que puede requerir abrir valijas, ser olfateado por perros o hacer una revisión a fondo en una sala contigua.

En cuanto al área sanitaria, la afección actual por el coronavirus no ha sido tomado con demasiados recaudos por parte de las autoridades aeroportuarias, en el ingreso al país. Sólo una pregunta y un cartel: “¿Usted estuvo en alguno de estos países en los últimos tres meses?”. Con una respuesta negativa a la consulta alcanza para atravesar la frontera.

Si bien han dado muestra de una carencia de controles sanitarios en este aspecto, en el predio contiguo al Palacio de los Deportes, donde se va a desarrollar la serie entre colombianos y argentinos por un lugar en las finales de Copa Davis de Madrid, existe un predio que es una especie de CENARD de los colombianos. El Centro de Alto Rendimiento, escenario del ATP de Bogotá, no solamente es un lugar destinado al entrenamiento de alta competencia de diferentes disciplinas, sino que también posee dormitorios en los que los deportistas pueden alojarse. En ese lugar, pegadito, y a apenas 150 metros del escenario de los Play Off de Copa Davis, las autoridades colombianas utilizaron esos dormis para poner en cuarentena a un grupo de pasajeros que llegaron en un avión procedente de China. El coronavirus parece lejos de ser una preocupación para el equipo argentino, pero si alguno estos pasajeros estuviese infectado, la enfermedad estaría simplemente cruzando un alambrado.

En lo cotidiano, las recomendaciones del cuerpo técnico hacia todo el equipo es el de “tomar todos los recaudos ya conocidos, tanto higiénicos como dietéticos. Evitar los contactos no necesarios, darle más importancia al lavado de manos e incrementar el uso de alcohol en gel, que son las medidas aconsejadas por la OMS, en estos momentos”.

Las recomendaciones también avanzan hacia la incorporación de vitaminas, algo que los jugadores ya tienen acostumbrado.

Otro tema es la alimentación de los jugadores que integran la selección argentina de tenis. A comienzos de temporada se conoció la suspensión del doblista colombiano y N°1 del mundo en dobles Robert Farah, a quien se le encontró boldenona en el control antidoping que se le realizara, de manera sorpresiva, mientras tomaba algunas semanas de descanso en su tierra.

La boldenona es una hormona que se le aplica de manera regular al ganado en algunos países. Esta sustancia forma parte del grupo de los esteroides anabólicos, por lo que está prohibido por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). Esta hormona, como otras del grupo, son derivadas de la testosterona y provocan el aumento de la masa muscular y la fuerza.

La defensa del tenista fue que esa sustancia se encuentra en todas las carnes que se comercializan en Colombia y que la ingirió en alguna de las comidas. Por esta razón, el médico del equipo argentino, Miguel Khoury tomó la decisión, en conjunto con el capitán Gastón Gaudio, de restringir y eliminar por el tiempo que dure esta serie las carnes vacunas y porcinas del menú de los jugadores que integran la selección de tenis.

“No hay problemas en que consuman carne argentina, de hecho podemos conseguirla, pero mejor si evitamos todo consumo. De todas maneras, los nuestros son chicos sanos y se alimentan sanamente”, explicó el médico argentino.

A la hora del almuerzo y la cena, los tenistas argentinos tienen en su carta todo tipo de frutas, verduras, carnes de pollo y, sobre todo, de pescado, como así también las pastas.

“Tenemos que tomar precauciones y no dar la posibilidad de que algún control antidoping pueda dar positivo y después tener que andar dando explicaciones”, terminaba por explicar Khoury.