Durante décadas, los médicos reconocieron varias formas en que un diagnóstico de presión arterial alta podría derivar en discapacidad y muerte: accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos e insuficiencias renales. Los médicos en China habrían encontrado otra forma: el nuevo coronavirus. Bloomberg News informó la semana pasada que los médicos identificaron la hipertensión como "un factor peligroso clave" que provoca aflicción y muerte en pacientes con coronavirus. En enero, por ejemplo, casi la mitad de las muertes en un grupo de pacientes con COVID-19 ocurrió en personas con presión arterial alta.
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Un grupo distinto de médicos establecidos en China informó hallazgos similares en The Lancet, mientras otros tres médicos plantearon la hipótesis de que los pacientes que toman medicamentos comunes para la hipertensión (inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, ECA) corren el riesgo de desarrollar infecciones peores por COVID-19. Otras enfermedades subyacentes —especialmente la diabetes— también contribuyeron a la muerte de los pacientes con el virus, pero ninguna fue tan predictiva como la hipertensión.
ES DEMASIADO PRONTO PARA HACER UNA AFIRMACIÓN DEFINITIVA DE QUE LA PRESIÓN ARTERIAL ALTA ES UN FACTOR DE RIESGO PARA LAS COMPLICACIONES DEL CORONAVIRUS. DETERMINARLO REQUERIRÁ UN NÚMERO MUCHO MAYOR DE INFECCIONES Y ESTUDIOS REVISADOS POR PARES.
La hipertensión es el principal factor de riesgo prevenible de muerte prematura y discapacidad en todo el mundo. Sin embargo, la mayoría de las personas en países de bajos y medianos ingresos como China no se diagnostican ni reciben tratamiento, incluso a medida que aumenta el número de casos en estas regiones.
Por ahora, nadie puede decir con certeza que los países y regiones que no tratan afecciones curables como la hipertensión son más vulnerables al coronavirus. Sin embargo, epidemias anteriores muestran que una infraestructura de atención médica débil es menos capaz de manejar brotes de enfermedades infecciosas. A medida que la comunidad global comienza a buscar formas de detener la próxima pandemia actual, un paso clave será garantizar que los sistemas de salud sean capaces de tratar los problemas de salud más comunes, así como los emergentes e inesperados.
la falta de acceso a la atención médica básica debilita la capacidad de enfrentar crisis de salud más grandes.
La hipertensión, como la mayoría de las dolencias que surgen más adelante en la vida, tiende a ocurrir en sociedades acomodadas y de vida más extensa (las sociedades de cazadores-recolectores no tienen mucha incidencia), donde las personas tienen comportamientos poco saludables, como mala alimentación, alto consumo de alcohol y falta de actividad física. Particularmente vulnerables son los países de bajos ingresos en los que el ocio y las dietas excesivas son recientemente accesibles, y donde la infraestructura médica no se ha expandido tan rápido como el deseo de comer, por ejemplo, comida rápida salada.
Es demasiado pronto para hacer una afirmación definitiva de que la presión arterial alta es un factor de riesgo para las complicaciones del coronavirus. Determinarlo requerirá un número mucho mayor de infecciones y estudios revisados por pares. Ambos están por llegar.
Pero no es demasiado pronto para alarmarse de que las muertes por coronavirus parecen ocurrir a una tasa más alta en personas con una afección conocida —la hipertensión— que se diagnostica y trata a menores tasas en países de bajos y medianos ingresos. Si, de hecho, este fenómeno se confirma, destaca algo que los profesionales de la salud pública mundial conocen desde hace mucho tiempo: la falta de acceso a la atención médica básica debilita la capacidad de enfrentar crisis de salud más grandes.
(Fuente www.perfil.com)