Un empate ante Colón. Eso es lo que necesitaba Central para meterse definitivamente entre los once mejores de la tabla acumulada, entre los clasificados a las copas internacionales 2021, pero el equipo de Diego Cocca defeccionó en el último partido antes del parate por el aislamiento obligatorio dispuesto por el gobierno nacional. Eso es lo que hoy lo pone en una situación de tener que esperar para ver qué tipo de decisiones se toman en el fútbol argentino (también a nivel sudamericano) para ver si el año que viene puede despuntar el vicio de cruzar fronteras. Ni más ni menos que lo que le pasó en 2017, cuando tuvo que aguardar poco más de cinco meses para que su participación en la Copa Sudamericana 2018 pudiera concretarse. Aquella vez entró de rebote, por la ventana como suele decirse en el mundo del fútbol, luego de que Independiente se coronara campeón de la Sudamericana de ese año tras vencer en la final a Flamengo. Ahora le sucede lo mismo. Quedó a expensas de otros posibles resultados, de la realización o no de los torneos que debieran disputarse en el segundo semestre y de algunos otros tantos factores. Hay mucho optimismo con que ello ocurra y que el puesto de primer suplente que hoy ostenta pueda servirle para lograr ese objetivo que allá a mediados del año pasado no figuraba como prioridad pero que hoy se anhela cumplir.
En el informe de diario La Capital, son muchas las variables que pueden darse para que el canalla clasifique a la próxima Copa Sudamericana. Hasta cuenta con chances de lograr el pasaporte para meterse en Libertadores, lo que hoy resulta una verdadera utopía, pero el dato saliente es que otra vez quedó a expensas de cuestiones que no puede resolver de motu proprio.
El 24 de junio de 2017, Central se presentó en San Juan, contra San Martín, para cerrar la temporada 2016/17, de la mano de Paolo Montero, con un equipo que viajó sin Javier Pinola (recién había arreglado su pase a River), sin Teo Gutiérrez (había jugado el partido anterior, ante Talleres) y sin Damián Musto (se bajó a último momento porque se había abrochado su traspaso al fútbol español. El equipo, dirigido en ese entonces por Montero, igualó 1 a 1 (Germán Herrera, de penal, el tanto canalla) y con ese punto finalizó en el puesto 12, con 44 unidades. Una victoria no le hubiera alcanzado tampoco para meterse entre los 11 primeros para jugar una copa internacional (la Sudamericana), ya que Colón finalizó cinco puntos más arriba, pero le sirvió para marcarle una diferencia de un punto a Godoy Cruz. Igual, la faena de ese equipo estuvo muy por debajo de las expectativas.
Había sido un campeonato en el que los cambios de entrenador una vez más fueron moneda corriente. Porque fueron tres los técnicos que dirigieron al equipo, con la salvedad de que Leo Fernández lo hizo en un solo partido: victoria 2-0 en Córdoba frente a Belgrano, luego de que Eduardo Coudet decidiera dar un paso al costado tras la derrota en la final de la Copa Argentina 2016 contra River Plate.
Se trató de un final de temporada similar al que ocurrió ahora con Cocca. Porque esos cinco puntos que lo distanciaron de Colón fueron por no haber podido hacer pie en las últimas fechas, donde después de aquella victoria por 4-1 sobre Racing (venía de ganar 3-1 el clásico en el Parque) el equipo de Montero no ganó en los últimos cinco encuentros (0-0 con River y Colón, 1-3 con Banfield, 3-3 con Talleres y ese empate en San Juan).
Pero lo dicho, el Central que venía de muy buenas campañas en los años anteriores de la mano del Chacho y que incluso había jugado la Copa Libertadores de ese 2016 se quedaba bastante rezagado en la tabla de posiciones, sin la posibilidad de continuar en el plano internacional.
A partir de allí se sabía que contaría con algunas chances para colarse, pero para cualquiera de ellas debía esperar unos cuantos meses y a decir verdad ninguna parecía de fácil realización.
Una de las posibilidades a la que se aferraba Central era quedarse con la Copa Argentina 2017, pero su suerte quedó echada en Formosa, en la caída por penales frente a Atlético Tucumán (10 de noviembre), en lo que fue el último partido de Leo Montero al frente del equipo. Es más, el sólo hecho de haber clasificado a la final ya le hubiera significado el pase a la Libertadores, ya que River, el otro finalista, ya tenía un puesto asegurado en el máximo torneo continental. Una chance desperdiciada.
¿Qué le quedaba como alternativa? Que alguno de los equipos argentinos que disputaban copas internacionales ese año pudieran consagrase para liberar un cupo. Fue así que los canallas un par de semanas después de aquel encuentro en Formosa tuvieron que hacer fuerza por Lanús, que debía jugar la final de la Libertadores contra Gremio. Pero el granate no pudo con el equipo brasileño y esa posibilidad también se le esfumó de las manos.
Sólo quedaba que Independiente fuera campeón de la Sudamericana y a eso se aferraron todos en Arroyito. La consagración del rojo finalmente llegó. Tras el triunfo por 2-1 en el partido de ida, en Avellaneda, el equipo de Ariel Holan fue a Brasil, donde igualó 1-1 contra Flamengo. Y como el rojo, que era el primer clasificado a la Sudamericana 2017, logró el pasaje a la Libertadores del año próximo, liberaba un cupo que fue para el Central, que por ese entonces ya dirigía Leo Fernández.
Hoy Central está ante un escenario similar. Puede ganar el torneo “relámpago” que podría jugarse entre septiembre y diciembre y clasificar a la Libertadores; esperar que uno de los ya clasificados a copas internacionales logre ese título para que se libere un cupo; rezar para que algunos de los que están entre los 11 primeros de la tabla general se consagre campeón en alguna de las copas internacionales que están disputando y algunas otras más. Quizá la más probable sea que no se dispute la Copa Argentina y que de esa forma todos suban un puesto en la acumulada.
Como sea, a Central no le queda otra que esperar. Porque hoy por puntos está afuera (la AFA dio por terminada la temporada pero determinó que computara la primera fecha de la Copa Superliga) y si bien las chances de meterse en la Copa Sudamericana son altas, no le queda otra que armarse de paciencia y ver de qué manera podrá abrirse un cupo, tal como ocurrió hace casi tres años, cuando la coronación de Independiente le abrió la puerta a la Sudamericana 2018.