Los controles en la autopista Rosario - Buenos Aires a la altura del peaje de General Lagos, fueron reforzados a partir de este lunes luego que distintos sectores denunciaran la entrada indiscriminada de vehículos sin ningún tipo de prevención.
Al exceptuarse nuevas actividades, la semana comenzó con un tránsito más intenso del registrado días pasados. En consecuencia, los retenes apostados en la carretera provocaron la formación de largas colas de autos y camiones que, en algunos casos, superaban la hora de demora.
Algunos choferes y acompañantes se mostraron fastidiosos, aunque la enorme mayoría entendió que es una buena medida tomada con el fin de controlar el avance del COVID-19. Más aún después de que la ciudad tuviera varios días sin casos hasta que en las últimas jornadas aparecieron algunos positivos.
Los controles que se venían realizando sobre la traza que une a la provincia de Santa Fe con Buenos Aires, donde hay una gran concentración de contagios por COVID-19, fueron criticados la semana pasada por el gremio de Camioneros. Ahora, la decisión de las autoridades de reforzarlos busca evitar focos de contagio de coronavirus dentro del territorio provincial y especialmente en el Gran Rosario, donde se produce mucha interacción, sobre todo a través de camiones de carga, con el Gran Buenos Aires.
Desde la Agencia Provincial de Seguridad Vial (APSV) señalaron que el peaje de la autopista Rosario-Buenos Aires, a la altura de General Lagos, es uno de los puestos más importantes de entrada a la provincia, con un gran flujo de transporte, tanto de personas como de carga: "Este peaje, en días normales, tiene 30 mil vehículos por día. Cuando aparece el decreto nacional de aislamiento social, baja a 8 mil, porque en ese momento eran camiones de carga. Pero a medida que se van liberando actividades económicas, cada vez más gente tiene la documentación respaldatoria. Y antes del lunes, entrando en la Fase 4, estábamos en 12 mil camiones. Por lo tanto, estamos en un 60 por ciento”, señalaron desde el organismo.