Con la apertura de la represa hidroeléctrica Itaipú, ubicada entre Brasil y Paraguay, se espera que en los próximos días llegue el alivio a la sequía que afecta al río Paraná. Sin embargo, mientras tanto, la bajante sigue pronunciándose y este miércoles según datos de Prefectura el río bajó otros 12 centímetros a la altura de las costas rosarinas mientras que en el puerto de Santa Fe registró un nuevo record luego de alcanzar los 55 centímetros.
Organizaciones socioambientales exigieron a los gobiernos de Santa Fe y de Entre Ríos “acciones inmediatas y mancomunadas” para salvarguardar los bienes naturales y comunidades afectadas por la bajante extraordinaria del río Paraná.
Las entidades ecologistas agrupadas en el colectivo Dos Orillas, enviaron una nota a los gobernadores de Santa Fe, Omar Perotti y de Entre Ríos, Gustavo Bordet, donde manifestaron su “profunda preocupación por los impactos sociales y ecosistémicos de la bajante extraordinaria del río Paraná”.
Al mismo tiempo, exigieron “acciones inmediatas y mancomunadas para salvaguardar -a través de políticas públicas- los bienes naturales y las comunidades y habitantes que viven y desarrollan sus economías en las regiones afectadas”.
“Es fundamental el control de ciertas actividades antrópicas tanto productivas como industriales para que la situación de especies y áreas naturales no resulte más grave”, subrayó el colectivo ambientalista.
Leer también: El nuevo paisaje de la Laguna Setúbal
En la nota, los ecologistas recordaron a los gobernadores que “cada administración provincial es responsable de los recursos naturales originarios de las provincias, según la Constitucional Nacional (Artículo 124)”.
Asimismo, solicitaron que ambos gobiernos “convoquen de manera urgente a especialistas para evaluar el estado de las poblaciones ícticas y disponga una veda pesquera interprovincial”.
Las ONGs pidieron, además, que se “realcen los controles de caza y tráfico de fauna silvestre de especies autóctonas, que hayan debido migrar hacia otras zonas por falta de hábitat, alimento y agua”.
Finalmente, los ambientalistas reclamaron “controles a industrias y/o actividades que vuelquen sus efluentes en arroyos y lagunas y en el río Paraná, determinando sanciones”.