La marcha atrás de la flexibilización de la cuarentena en la capital cordobesa por el aumento de casos de coronavirus disparó señales de alerta entre gobernadores e intendentes. Cada uno transitaa sus propios procesos de apertura en medio de llamados a respetar las medidas sanitarias, de una profundización de los controles y de la restricción del movimiento entre jurisdicciones para mantener el status quo y evitar contagios foráneos.
El más gráfico fue el mandatario de La Pampa, el peronista Sergio Ziliotto. “No quiero ser Córdoba, que tuvo que volver atrás”, dijo, a la hora de pedir “ser estrictos” en materia del ingreso de personas a la provincia y de la autorización de nuevas actividades. “No debe ser simpático para un gobierno y para la sociedad tener que volver atrás”, enfatizó.
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En rigor, el retroceso a la fase 3 del aislamiento obligatorio en la ciudad de Córdoba no es un caso aislado, aunque sí de importancia por tratarse de la segunda del país en cantidad de habitantes.
Precisamente, en la primera de ese ránking, la ciudad de Buenos Aires, pende aún una definición: Horacio Rodríguez Larreta decidirá en las próximas horas si retomará algunas restricciones tras la suba de casos de los últimos días (suma ya más de 3.300, con foco en barrios vulnerables), y tras desmenuzar el impacto de la flexibilización de actividades de la semana pasada.
Con información de AF.