La taquigrafía era una manera simple, fácil y rápida de tomar nota a medida que las personas hablaban. Reemplazaba las grabadoras que podemos utilizar hoy en día para registrar todo lo que oímos, aunque ahora también podemos filmar y ya nada de esto es necesario.
Aunque no lo creas, la taquigrafía se remonta a la época de los griegos y hay registro de que el historiador Jenofonte, utilizó este sistema para escribir sobre la vida de Sócrates. ¿Imaginaste que la taquigrafía podía ser tan antigua?
Precisamente, la palabra proviene del griego y significa “taqui” rápido y “grafía”, dibujo.
Argentina es uno de los pocos países que tiene su propio sistema e incluso se enseñó en las escuelas durante muchos años.
Consiste en realizar trazos cortos que pueden ser rectos, oblicuos, curvos, más gruesos, más suaves, que pueden ir en un sentido o en otro y a los que se les adjudican distintos sonidos o sílabas. Los trazos se realizan de una sola vez y sin levantar el lápiz. El uso del renglón es de suma importancia para diferenciar una sílaba de otra.
Se trata de un sistema bastante personalizado, porque el trabajo realizado por un taquígrafo, no siempre puede ser interpretado por otro. Es por eso que cada uno, debe luego transcribir sus propios apuntes y pasarlos a la escritura habitual.
Si bien aprender taquigrafía es bastante sencillo, lograr escribir lo suficientemente rápido como para tomar nota de lo que se habla, requiere de mucha práctica.
En cuanto a los usos, era habitual utilizarla en los juicios para registrar lo que se hablaba y también resultaba muy útil para los estudiantes, como una manera de tomar nota en clase.
Fuente: serfeliz.life