En la madrugada del jueves Susana Giménez sufrió un accidente doméstico en su casa de Punta del Este, conocida como La Mary, que terminó derivando en un traslado de urgencia al Sanatorio Cantegril, ubicado en el Departamento de Maldonado. La conductora quedó internada a la espera de nuevos estudios clínicos, que se le realizarían en las próximas horas.
Según informaron las autoridades médicas, Susana presenta una luxación en el codo derecho que no resistiría mayor gravedad. No obstante, una versión da cuenta de una posible intervención quirúrgica.
“Susana está bien ahora. Se cayó llevando a Rita (la perra que adoptó en cuarentena). Estaba con un bolso y una cartera, tenía pantuflas, y cuando quiso subir una escalera, se tropezó”, informó su hermano menor, Patricio Giménez, en diálogo con el periodista Tomás Dente, de Nosotros a la mañana.
Acompañada por Patricio, Susana llegó a Uruguay el sábado 23 en un vuelo privado y debió acatar de inmediato al protocolo que rige en el país por la emergencia sanitaria por el COVID-19: cumplir una cuarentena obligatoria de 14 días en su lugar de residencia (en este caso La Mary, localizada en Rincón del Indio, una de las zonas más exclusivas de Punta.
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Con un único contagiado, el Departamento de Maldonado atraviesa una cuarentena muy flexible en comparación a la Ciudad de Buenos Aires, donde Giménez venía cumpliendo, en su caserón de Barrio Parque, con el aislamiento obligatorio establecido por el presidente Alberto Fernández. "Pedí permiso, por supuesto. Tengo residencia porque tengo casa acá, personal que pagar sueldos y estaba muy preocupada. Me parece que después de 65 días encerrada en mi casa sola, tenía derecho a venir acá”, se defendió de las críticas.
La información del viaje de la conductora terminó trascendiendo recién días después, provocando una gran polémica en Argentina. La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) autorizó el vuelo apenas un día antes, y para dos personas (Susana y su hermano, quienes tienen residencia en Uruguay). “Llené más papeles que si hubiera ido a Rusia durante el comunismo”, declaró. El ministro del Interior del país vecino, Jorge Larrañaga, también aclaró que su ingreso fue “legal”: “No hubo ningún privilegio”.