El Papa Francisco firmó hoy, un decreto por el cual el Vaticano dejará de comprar "bienes, servicios, obras y trabajos" a empresas y personas que tengan su sede en paraísos fiscales o que tengan accionistas residentes en esos Estados.
"Para permitir una gestión más eficaz de los recursos consideré aprobar un conjunto de reglas destinadas a promover la transparencia, el control y la competencia", planteó el Papa en la introducción de la nueva legislación.
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A través de casi 100 artículos, la legislación se basa en la Convención de las Naciones Unidas contra la corrupción.
La legislación explicita que serán excluidos de las compras, los proveedores "residentes o establecidos en Estados o territorios con regímenes fiscales preferenciales según lo dispuesto por las instituciones internacionales".
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EL DETALLE DE LA MEDIDA
El fin de la nueva norma es el uso sostenible de los fondos internos, así como la transparencia de los procesos de adjudicación.
El artículo 5 de la nueva ley plantea la búsqueda de la "eticidad en el orientamiento de las elecciones económicas y de los interlocutores sobre parámetros de respeto de la Doctrina Social de la Iglesia".
Para finalizar, el texto hace hincapié en la importancia de evitar "conflictos de intereses".