La Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (Cecha) alerta por la posible falta de combustible en las Fiestas y los primeros días del nuevo año.
Este escenario ya es una realidad en algunas ciudades alejadas del país. Para evitar que se propague a las grandes ciudades y los principales centros turísticos, desde la confederación enviaron notas pidiendo mantener reuniones con el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, con el secretario de Energía, Darío Martínez y con las empresas petroleras, para tratar de encontrar una solución que permita volver a reabastecer los surtidores.
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“Hoy escasea el combustible. Comenzó en pequeñas regiones del país, en estaciones de bandera blanca pero ahora ya se ve en ciudades y en algunos puntos del conurbano. Es por eso que estamos en alerta y buscando vías de solución para que no siga empeorando la situación”, sostuvo Gabriel Bornoroni, presidente de Cecha.
Hoy desde la Confederación no pueden garantizar el suministro suficiente para las próximas semanas, así como tampoco el de gasoil para el sector agropecuario. La víspera de la cosecha gruesa ya comenzó pero, sin el combustible, resultará imposible llevarse a cabo -al menos sin alteraciones-.
¿Cómo se explica la faltante?
Desde Cecha comentaron que el desabastecimiento se debe a una multiplicidad de factores, que comienza con la implementación de cupos por parte de las petroleras. Dejaron de entregar combustible a las estaciones de bandera blanca para priorizar contratos con las propias o las de bandera -ya que son de un privado y contratan el abastecimiento con las petroleras-.
Ahora bien, ¿qué fue lo que llevó a esta medida? En un principio, fue el congelamiento de los precios. Las tarifas no registran alteraciones desde mayo, lo que desencadenó en menores márgenes de rentabilidad. Así, en muchos casos las ganancias por la venta de combustible comenzaron a ser nulas y se comenzó a almacenarlo y cuotificarlo o, a destinarlo a determinadas estaciones.
Por otro lado, algunos productos como los combustibles premium, el gasoil y el diesel deben ser importados y, por ende, pagados en dólares. Sin embargo, su comercialización en el país se hace en pesos y, una vez más, se plantea un escenario con números en rojo.