Testificaron que estaba apegada a la vida aunque con vaivenes emocionales. Estos, producto de la relación con su amante, de quien estaba embarazada.

Peritos psicólogos de la Policía provincial llegaron a la conclusión de que Paula Perassi no tenía un perfil suicida. Según se expuso ayer en el juicio oral y público donde se intenta determinar qué ocurrió con la mujer desaparecida en San Lorenzo el 18 de septiembre de 2011.

Los profesionales examinaron escritos encontrados en la casa de la víctima y chats que mantenía con un amigo íntimo de Gabriel Strumia. Este está sindicado como su amante y acusado junto a su esposa, un secretario y una mujer de Timbúes del delito de aborto sin consentimiento seguido de muerte.

Quedó en evidencia que Strumia mintió en una primera entrevista con esas profesionales, cuando luego de la desaparición de Paula negó conocerla. Y en gran cantidad de chats la víctima le confesó esa situación a un amigo íntimo del principal imputado.

Octava jornada

La octava jornada de debates transcurrió con el aporte de seis testigos: Marcela Mandolini, una docente y perito calígrafo; María Victoria Colucci y Marcela Arce, psicólogas y peritos que analizaron escritos de Paula y elaboraron un perfil psicológico de Strumia; María Victoria Anza, psicóloga de Asuntos Internos que entrevistó a la coimputada Mirta Ruñisky, sindicada como quien practicó un aborto a Paula; la docente Alejandra Clara Nicola, de la Escuela Técnica Nº 477 de San Lorenzo; Walter Garis, un amigo del hijo de Strumia, y Erica del Valle Ducase, una oficial que al momento del hecho se desempeñaba en Agrupación de Unidades Especiales (AUE) de esa ciudad.

La perito Mandolini se refirió al análisis de los escritos (una carta de amor que Paula le escribió Strumia para su cumpleaños, entre otras pruebas). Los mismos confeccionados "con la misma mano escritora", en letra manuscrita con birome, colectadas en la casa de Perassi.

Colucci y Arce, en tanto, elaboraron un informe sobre los rasgos personales de Paula en base a esos escritos. También las conversaciones por el chats de facebook que mantuvo con José Luis Freijomil, a quien la mujer le confesó la relación sentimental prohibida que mantenía con su amigo íntimo Strumia.

Sobre la carta fechada el 16 de agosto de 2011, la profesional indicó que si bien no tenía destinatario, ella "declaraba su amor, mostraba su buen estado ánimo". Y a la vez "reconocía inconvenientes en la relación" con algunos "obstáculos", pero demostraba que se sentía "cuidada y querida", dijo Colucci. Y en referencia a un segundo escrito en una hoja de agenda refirió que allí Paula mostró un mayor "enojo, fastidio y decepción". Lo cual denotaba que a esa altura la relación prohibida que mantenía con Strumia se "estaba entorpeciendo".

También remarcó que la víctima tenía "buen criterio narrativo, semántico y ortográfico". Y que le llamó la atención cuando los cotejaron con un mensaje de texto que supuestamente mandó Paula el 20 de septiembre a las 8.45 tras su desaparición. El mismo decía: "ya le falle una bes" (vez con b y s), error "que no se advertía en su redacción habitual".

A través de ese material, se advirtió que no había indicadores de un perfil psicopatológico que demuestre "signos de enfermedad que pudiera explicar algún comportamiento al suicidio", una de las hipótesis que se deslizaron en un primer momento.

El informe sobre el perfil psicológico de Strumia arrojó que "sobre Paula dijo que la notaba nerviosa por sus problemas conyugales, pero que no estaba al tanto del embarazo". En ese punto quedó en evidencia que Strumia le ocultó a la psicóloga tal situación, aspecto que salió a la luz cuando se pesquisaron las conversaciones que la mujer mantenía con Freijomil.

La profesional debió reconocer, no obstante, que no tenía certeza de que los documentos analizados hubieran sido escritos por Paula.

La psicóloga Marcela Arce ratificó algunos aspectos citados por su colega, pero se centró en los chats entre Paula y Freijomil, entre el 16 de julio de 2011 y el 17 de septiembre de 2011. "Ella le contaba que estaban enamorados y que se veían todos los días", recordó. Y ratificó que del análisis de las cartas y los chats "no se advirtió un comportamiento suicida. No había indicadores ni antecedentes. Sus vaivenes estaban en consonancia a la relación con Strumia y a qué decisión iban a tomar con lo que les pasaba".

Arce se refirió también a una segunda entrevista que le realizaron a Strumia, a fines de diciembre. "Dijo que en un primer momento no contó (el vínculo con Paula) por temor a consecuencias. Notamos tres grandes discrepancias" visualizó la testigo, en relación a que Strumia había negado la relación con Paula, a que el 17 de septiembre dijo que no se había encontrado con ella porque estaba en otro lado, y el alegado desconocimiento sobre su embarazo.

Entrevista exploratoria

María Victoria Anza, otra psicóloga de Asuntos Internos de la Unidad Regional II tuvo un rol específico y puntual en la pesquisa. Fue en oportunidad del allanamiento que se realizó en la casa de la supuesta abortera Ruñisky, el 1º de octubre de 2014 en la localidad de Timbúes donde encontraron pastillas abortivas, y donde se especula que Paula fue sometida a un aborto.

La terapeuta le realizó a la dueña de casa una "entrevista exploratoria" de tres horas. "En el informe se volcó la impresión de una personalidad narcisista, con despego hacia sus hijos, de los cuales no se acordaba la fecha de nacimiento, y con rasgos de perversión, y que no se advirtió angustiada al momento de la entrevista.

El abogado de Ruñisky, Angelo Rossini, puso entre las cuerdas a la testigo. Le preguntó si sabía que la mujer no sabía quién era su madre, que tenía dos hijos discapacitados, que los mandaba a la escuela y a la iglesia. La profesional dijo no estar al tanto de esa situación. Y que esos padecimiento pueden repercutir en la construcción del psiquismo en los primeros años de vida.