Los voluntarios del albergue de zona oeste advirtieron ayer sobre el "considerable aumento" de las personas en situación de calle.

Pese a que la noche no fue particularmente fría, el Refugio Sol de Noche abrió ayer sus puertas y rápidamente se llenó. Unas 50 personas se acercaron al albergue que recibe a gente en situación de calle. Un número que años anteriores recién se alcanzaba con el inicio del invierno. Para los voluntarios que trabajan a diario en la casona no fue una sorpresa. Las semanas previas cuando retomaron sus rondas nocturnas ya habían advertido un crecimiento en la cantidad de personas que duermen en la calle. Muchas empujadas por la crisis económica y la imposibilidad de seguir afrontando los costos de un alquiler.

Caras nuevas

"Cuando comenzamos nuestros recorridos para avisar que íbamos a abrir el hogar, nos encontramos muchísimas caras nuevas", advirtió ayer Jorgelina Calderón. Es referente del hogar que funciona en la zona oeste de la ciudad, en una casona de pasaje Marconi al 2000.

Faltaban todavía tres horas para que el refugio abriera sus puertas y ya había gente haciendo cola en la puerta. "Hay un aumento considerable de la gente en situación de calle", afirmó la joven mientras apuraba las tareas de limpieza para la apertura del lugar.

De acuerdo a la experiencia de los voluntarios, las consecuencias de la crisis económica se sentirán con dureza este invierno. Según explicaron, "hay muchas personas que están viniendo de otras provincias. Gente de Entre Ríos, de Mendoza, porque perdieron su trabajo y llegan a Rosario buscando una oportunidad. Pero también gente que quedó en la calle porque ya no puede pagar el alquiler o producto de rupturas familiares. La situación es crítica".

La mayoría de esas "caras nuevas" aparecen en las rondas por la zona de la terminal de Omnibus Mariano Moreno, en los alrededores de los hospitales públicos o por las plazas del centro de la ciudad. Generalmente son varones mayores de 35 años, pero "este año también hay muchas mujeres", apuntaron. Un dato a tener en cuenta, ya que la mayoría de las plazas de los albergues son de varones.

En apuros

El Refugio Sol de Noche funciona desde hace doce años sostenido en forma voluntaria. Unas 60 personas donan su tiempo para mantener el espacio que abre todos los días de 20 a 8, ofreciendo un plato de comida caliente, un baño y una cama cómoda para personas mayores de 35 años que duermen en la calle.

El albergue se sostiene a través de donaciones de particulares y de empresas, pero frente al crecimiento de las tarifas de servicios públicos y de los artículos de primera necesidad a partir de este año se gestionó también asistencia económica al municipio. "Es la única forma de poder seguir pagando el gas y la luz", señalaron los voluntarios.

Durante el invierno pasado, el colectivo de asociaciones que asiste a personas en situación de calle presentó un censo de las personas que duermen en los espacios públicos. Según detallaron unas 400 personas vivían en la zona limitada por los bulevares Avellaneda (hasta Pellegrini), 27 de Febrero (desde Francia) y el río Paraná.

El centro de la ciudad es la zona más poblada, en los retiros de los comercios o en sus plazas se censó a 202 personas en el centro, otras 87 se encontraron en el macrocentro y 100 personas vivían en los alrededores de la Terminal.

El Sol de Noche es uno de los dos refugios que existen en la ciudad. Tiene capacidad para 62 personas, 54 varones y 8 mujeres mayores de 35 años.

El refugio municipal funciona en Grandoli 3450. De 20 a 11 recibe a 40 personas, todos varones mayores de 18 años. Este espacio abrirá sus puertas el lunes 6 de mayo.