El precio de la soja sigue en fuerte baja y suma más señales de alerta para las reservas. Este lunes, en el mercado de Chicago, los contratos de futuros de soja a agosto caían casi 2,2% y la tonelada cotizaba a u$s387 por tonelada, ante una mejora en las perspectivas climáticas en las zonas de cultivos de EEUU.
Lo cierto es que se trata de la continuidad de la tendencia declinante que arrastran la oleaginosa y sus derivados (harina, aceite, pellets) a lo largo del año.
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Para dimensionar, el principal producto de exportación de Argentina acumula un derrumbe del 23% en 2024. Según cálculos de Salvador Vitelli, economista de Romano Group, con esta caída la soja vuelve a valores de 2006 medido en términos reales.
La tendencia declinante no hace más que sumar palos en la rueda al frente más sensible para los planes del Gobierno argentino. Desalienta aún más a los productores a desprenderse de sus granos o fijar precio, al tiempo que por cada tonelada exportada ingresarán menos dólares.
Liquidación de soja
Si bien la merma del ritmo de liquidación fue menos considerable en el agro que en el resto de los sectores exportadores durante un junio que arrojó el primer déficit del balance cambiario desde octubre de 2023, lo cierto es que aún queda mucha soja por venderse. La comercialización granaria en las últimas semanas estuvo más bien sostenida por la cosecha de maíz tardío, explican fuentes del sector.
En tanto, en los silobosas aún quedan unas 24 millones de toneladas de soja y hay más de 7 millones de toneladas de la oleaginosa ya entregadas pero con precio pendiente de fijación. Esto implica que el campo todavía guarda alrededor de u$s13.000 millones.