El martes un niño de 8 años fue arrojado a las vías del tren por un inmigrante de Eritrea, proveniente de Suiza. El partido Alternativa para Alemania (AfD) exige a Merkel que "proteja a la población" y reclama controles fronterizos.

Alemania sigue conmocionada por el asesinato de un niño de 8 años que fue arrojado a las vías del tren en Frankfurt. El sospechoso, un hombre de nacionalidad Eritrea que llegó a Alemania desde Suiza, también intentó empujar a la madre del chico y a otra mujer de 78 años. Pero ambas lograron zafarse del asesino. El hecho sirvió a la extrema derecha alemana para reavivar su retórica neonazi.

Los hechos

El lunes, el sospechoso de 40 años, casado y padre de tres hijos, llegó a Frankfurt en tren desde Basilea, Suiza. Y se escondió detrás de un pilar de la estación alemana. Cuando llegó un tren, empujó al niño y a su madre a las vías. El chico murió y su madre logró escapar por poco. También intentó arrojar a otra mujer de 78 años, pero ésta no cayó a las vías. Aunque resultó herida, según indicó la fiscalía alemana.

El presidente de la Policía Federal, Dieter Romann, explicó en una rueda de prensa que las fuerzas de seguridad de Suiza buscaban desde el pasado jueves al hombre. Un hombre de 40 años nacido en Eritrea, que llegó a Suiza en 2006 y estaba asilado desde 2008. Durante años fue considerado un asilado "modelo", e incluso apareció en alguna publicación como un ejemplo de integración.

El sospechoso no pasó ningún control cuando entró en Alemania, pese a que la policía suiza había emitido órdenes de búsqueda contra él. Antes de viajar hacia Alemana el sospechoso, Ahabte A., atacó y encerró a su mujer y a sus tres hijos (de 1, 3 y 4 años). Luego amenazó y casi estranguló a una vecina, en cuya casa se atrincheró para darse a continuación a la fuga.

Retórica de ultra derecha 

El caso sirvió para avivar la retórica neofascista y xenófoba de la extrema derecha alemana. Que expandió la sombra de sospecha sobre toda la población migrante. El partido Alternativa para Alemania (AfD) emitió sucesivos comunicados exigiendo al gobierno de Angela Merkel que proteja como es debido a la población alemana. Y reclamando controles fronterizos sistemáticos, especialmente para los migrantes. "Protejan de una vez a los ciudadanos de este país, en lugar de la ilimitada cultura de bienvenida”, escribió en Twitter Alice Weidel, líder de AfD.

Este partido irrumpió en la política alemana en 2014 como liberal y euroescéptico. Y radicalizó sus posiciones hacia una extrema derecha en forma progresiva. En las últimas elecciones generales de 2017, obtuvo el 12,6% de los votos y se convirtió en tercera fuerza en el Parlamento. La retórica que utilizan apuntala el nacionalismo y la islamofobia.

Respuesta del gobierno

El ministro de Interior alemán, Horst Seehofer, llamó a no intentar instrumentalizar lo ocurrido con mensajes xenófobos, como está haciendo el AfD. Señaló la posibilidad de dotar a las estaciones de tren de barreras físicas, aumentar la presencia policial y el número de cámaras de seguridad en lugares públicos. “La seguridad absoluta no es posible”, agregó. Para recordar que en el país hay más de 6.000 estaciones de ferrocarril de distintas estructuras y formatos.

El Ministro hizo alusión a la percepción de inseguridad de la ciudadana, que no se corresponde con un aumento de la criminalidad en el país. Los datos oficiales correspondientes a 2018 apuntan a un descenso histórico de la criminalidad, que se sitúa a niveles comparables a los de principios de los años noventa, según informó el diario El País.

El andén 7 de Frankfurt, donde se produjo el triple ataque, quedó cubierto de un manto de flores, depositados por ciudadanos en recuerdo del niño, mientras se suceden las muestras de condolencia en todo el país.