Un alumno del Instituto San José de Liniers denunció que un cura del establecimiento, en estado de ebriedad, lo manoseó mientras él y otros chicos cocinaban para un evento solidario en la parroquia.

 

Un chico denunció a un cura de nacionalidad chilena de la Parroquia Tránsito de San José de Liniers, por abusarlo sexualmente mientras el religioso estaba alcoholizado. El joven y sus compañeros estaban cocinando en el establecimiento para un evento solidario, cuando el sacerdote bajó de su habitación, completamente borracho, y le tocó la cola en reiteradas oportunidades delante de los otros menores. Según pudo saber Crónica, Jerez, que fue separado de su cargo, cuenta con graves antecedentes de abuso y adulteración de certificados de defunción en un hogar de chicos discapacitados en Chile, donde fue director durante 20 años.

"El sacerdote Nelson Pérez Jerez tiene contacto conmigo desde cuarto año, que es cuando ingresé al grupo misionero del colegio San José de Liniers. Hasta ese momento sólo lo había visto dar misas y por los pasillos del colegio", comenta Tiago, la víctima, en diálogo con cronica.com.ar.

Como coordinador del Grupo Misionero, junto a otros 3 chicos, Tiago comenzó a tener que rendirle cuentas de la actividades, en forma telefónica. Los mensajes comenzaron a ser recurrentes y cada vez con mayor contenido íntimo.

"Yo entendía que la relación de profesor-alumno, no debería exceder demasiado los temas tratados en clase y esto no sucedía con Nelson. Me mensajeaba expresando su afecto por mí, reconociendo mi esfuerzo y mi buena actitud en el grupo Misionero y en sus clases. Durante el año recibí mensajes que decían 'te quiero', 'te aprecio muchísimo', hasta el punto que me dijo 'Te Amo'. En ese momento lo sentí fuera de lugar e intenté dejar de conversar por WhatsApp", aseguró el joven.

El sábado 13 de julio pasado, el grupo misionero arregló para ir por la tarde a la cocina de la Parroquia para cocinar empanadas, para luego venderlas y recaudar fondos para la Misión Solidaria de invierno de este año. De acuerdo al relato de Tiago, "nos recibió el sacerdote Arul y cocinamos hasta altas horas de la noche. Por cuestiones de tiempo no alcanzamos a hacer las 500 empanadas y Arul accedió a que siguiéramos cocinando".

"Luego de las 12 de la noche, Nelson Jerez bajó de su habitación en un estado alcohólico bastante intenso y comenzó a hacer chistes a los chicos del grupo, de los cuales 3 eran chicas mayores, un chico mayor, 6 chicos menores y yo. A las chicas les dijo en 'broma' que iban al Grupo Misionero para estar conmigo y verme porque soy un pibe lindo. Después toqueteaba a los chicos (el pelo, los hombros) y constantemente se acercaba a mí y me hablaba", relató el muchacho.