Fiel a su dogma, Cambiemos mantiene la estrategia con la que inició su administración. Pero la coyuntura parece necesitar un cambio radical. Se suman a las dudas del "reperfilamiento".

Desde las PASO las reservas del BCRA bajaron u$s12.211 millones, a razón de u$s872 millones diarios. Al viernes pasado las reservas brutas cayeron a u$s54.098 millones. De modo que las reservas líquidas o disponibles ya rozan límites inquietantes frente a la dinámica actual. Por ello no sorprenden las medidas cambiarias tomadas ayer y que comienzan a regir hoy.

Pero ocurre que el Gobierno procura transitar por un delgado desfiladero. Garantizarle la disponibilidad a quienes depositaron dólares. Y a la vez proteger a los tenedores de pesos. Sin embargo, como se viene advirtiendo desde antes que se desatara la crisis cambiaria en 2018 y luego del salvataje del FMI, lamentablemente, no hay dólares para todos. Para entender parte de este desmadre, no hay que olvidarse que el Gobierno hasta llegó a aceptar que los inversores pagaran las Letes (en dólares) con pesos. O sea, captaba pesos y debía dólares. De modo que nunca iban a haber dólares suficientes para la demanda de los tenedores de pesos, de los de Letes. Ya que en primera fila se ubicaban los que tenían argendólares.

Gradualismo

Sin embargo, y a pesar de tener que arriar una de sus principales estandartes, la plena libertad cambiaria, la pérdida de reservas obligó a reinstalar controles en el mercado de cambios. Lo curioso es que nuevamente el Gobierno opta por el gradualismo. En lugar de adoptar algún paquete de shock como lo impone la coyuntura. Por lo que se descuenta que el drenaje de reservas continuará. Ya que, por ejemplo, la compra límite de dólares para atesorar guarda relación con lo que se venía observando. O sea, compras promedio mensuales de u$s10.000 por persona física.

Como desde el inicio de la administración de Cambiemos, ayer otra vez se optó por el gradualismo versus el shock. Y ello a pesar de que la evidencia empírica demostró que fue un error. Y ya desde el año pasado el Gobierno viene pagando los platos rotos de esa estrategia macro. Ahora solo se están reimplementando restricciones, que incluso varios economistas afines con Cambiemos pedían desde el 10 de diciembre del 2015. Como ser un breve plazo para la liquidación de las exportaciones. Dada la recesión imperante no se ha considerado que deba restringirse el acceso de los importadores al mercado de cambios. El riesgo es que proyectando una mayor devaluación, anticipen o sobrefacturen embarques. La historia de siempre.

Depósitos privados en peso

Lo cierto es que desde las PASO los depósitos privados en pesos vienen mostrando cierta estabilidad. Entre el 9 y el 27 de agosto, los datos del BCRA muestran que los depósitos privados a plazo fijo (no ajustables y ajustables) solo han caído unos $25.000 millones, o sea, unos u$s400 millones. Es decir que, por ahora, no hay corrida financiera, y eso es lo que procura desalentar el Gobierno. Ya que eso no solo detona una corrida sino que se espiraliza y puede detonar una hiperinflación.

Argendólares

De ahí que el ojo está puesto en los argendólares. Entre el 9 y el 27 han caído u$s3.510 millones a nivel de u$s28.990 millones. Por este canal se están yendo diariamente, un promedio de u$s319 millones. Esto se ve bien en la evolución desagregada de las reservas. Desde las PASO y hasta el martes pasado, las reservas cayeron u$s8.832 millones (u$s 803 millones promedio diario). De esa caída, u$s1.061 millones corresponden a venta de divisas del BCRA al sector privado, u$s52 millones a operaciones con organismos internacionales, u$s4.733 millones de operaciones del sector público (que incluyen u$s2.639 millones del pago del REPO con bancos extranjeros) y u$s3.027 millones de encajes de los argendólares. Si se mantiene este ritmo de caída de argendólares antes de las elecciones presidenciales se abran ido cerca de u$s12.500 millones más. Vale recordar que una crisis similar la caída de los argendólares fue en total del 50%. Habrá que ver si surge otra marca histórica.

No puede perderse de vista que aún hoy el mercado está desorientado y confundido con el lanzamiento improvisado de un canje de deuda. Ahora el Gobierno, “a los ponchazos”, intenta tener más oferta de divisas de la exportación, pero a la vez restringir el acceso pleno a la compra de divisas.

Reunión

Ayer en una reunión en el BCRA a la que asistieron las cámaras que nuclean a la banca privada, pública, nacional y extranjera, se explicó también que se intenta evitar la operatoria del “contado con liquidación” (otro canal para saltar el cepo en el kirchnerismo). Solo podrían operarlo los agentes de bolsa, no los bancos. Otro de los ribetes que traen consigo las nuevas medidas, es el pedido del BCRA a los bancos para que intenten cobrar todos los préstamos que puedan, sobre todo a los exportadores (el otro destino de los argendólares junto con los encajes en el BCRA). El efecto esperado de esto será una contracción mayor del ya alicaído crédito privado (ya cayó 40% real).

Vemos que el Gobierno reacciona, con cierto delay, para evitar el temible efecto “Puerta 12”. De ahí que busca dejar abierto una pequeño “ojo de buey”, que tampoco le garantiza que se desacelere la sangría de reservas. Claro que el flujo será menor, por la sola razón de que la vía de escape se redujo. Tampoco puede subestimarse el ingenio criollo. Pero dado como están las cosas, lo que debe mostrar el Gobierno es firmeza y capacidad de reacción. Aunque más no sea para incentivar la confianza.