Miles de "chalecos amarillos” volvieron a salir a las calles este sábado en distintas ciudades de Francia, en la mayoría de ellas sin la autorización de las autoridades.

Entre 1.500 (según las autoridades) y 3.000 manifestantes (según los organizadores) protestaron en Montpellier. Se produjeron incidentes esporádicos en el centro de la ciudad, en los que turistas y habitantes locales quedaron atrapados en medio de los gases lacrimógenos  que lanzó la policía. Los principales altercados se produjeron en la estación y en la plaza de la Comedia.

Se estima que entre los participantes de la marcha había unas 500 personas de grupos radicales conocidos como "black blocs”.

Entre los disturbios, incendiaron un coche de la policía y detuvieron a siete personas.