Una no muy buena mezcla entre "Gravedad" de Alfonso Cuarón, "Interestelar" de Christopher Nolan y la trama plana y horizontal de "El primer hombre en la luna" de Damien Chazelle convierte a Ad Astra en una película espacial carente de toda creatividad.  

Ad Astra no es una mala película, tiene efectos de video que son bastante creíbles y para una película de este tipo sirve y mucho; no obstante, tiene un guion que es poco creativo. Roy el personaje que encarna Brad Pitt es el claro ejemplo del personaje con el que nadie va a empatizar. Sin emoción, sin posibilidad de correr algún riesgo real que haga al espectador sentirse identificado con él. 

La idea es interesante, pero la trama no prospera. Roy McBride (Brad Pitt) -algo así como un astronauta que trabaja en tierra-, se entera que su padre (Tommy Lee Jones) está vivo en Neptuno. Los militares le piden que viaje hasta Marte, previa escala en la Luna y desde allí enviarle un mensaje de voz. Al no recibir respuesta decide subirse a un cohete sin que lo vean e ir en su búsqueda. Todo esto como si cualquiera de nosotros decide dar una vuelta en colectivo por nuestra ciudad un día cualquiera. 

Cosas buenas tiene, por ejemplo, una muy buena producción; un buen tratamiento de sonido, recordemos que la mayor parte de la película está ambientada en locaciones espaciales (interiores y exteriores en la Luna, Marte y el espacio en sí) además de, como ya lo dijimos, un muy buen trabajo en imágenes creadas por computadoras (CGI) que le da un realismo bastante bien creado. 

Dos horas parecería mucho para una película con esta trama, pero no lo es, hay una necesidad natural de cada espectador de llegar al final de la película ansiando que saber si se reencuentran o no padre e hijo que nos mantiene expectantes hasta el final.