Son varias las preocupaciones y ansiedades por las que atraviesa una pareja que busca tener familia. Las causas que ocasionan dificultades para lograr un embarazo son múltiples y, dependiendo de su origen, pueden dar lugar a la necesidad de un tratamiento.

En primer lugar es fundamental trazar parámetros para determinar cuándo es pertinente acudir a una consulta. “Como regla general, sugerimos recurrir a un profesional en el caso de parejas que lleven más de un año teniendo relaciones sexuales periódicas no protegidas y no hayan logrado la gestación, aunque hay otros cuadros singulares en los que conviene hacerlo de forma inmediata”, explica el médico ginecólogo especialista en reproducción asistida Fernando Neuspiller (MN 82815).

Como ejemplo de situaciones en los que no es conveniente demorar la consulta, el experto enumera: mujeres mayores de 35 años, pacientes con ciclos menstruales irregulares o amenorrea secundaria (cese menstrual durante 3 ciclos o durante, al menos, 6 meses), antecedentes de cirugía pélvica o de dos o más abortos, presencia de lesión en las trompas de Falopio o de enfermedades genéticas en uno o ambos miembros de la pareja. Por otro lado, un factor masculino severo o haber recurrido a una vasectomía también indicarían la necesidad de acudir a un especialista.

Señaló asimismo que un adecuado estudio de esterilidad debe evaluar a ambos miembros de la pareja mediante una historia clínica completa, compuesta por un historial detallado del cuadro y la descripción de tratamientos previos. En cuanto a la mujer, lo básico es una exploración física integral que "contemple la realización de una ecografía transvaginal para orientar a los médicos hacia la presencia de patología cervical, ovárica o uterina, además de permitir valorar la función ovárica a través del recuento de folículos antrales que reflejan el potencial fértil de la mujer".

Las opciones en la Argentina

Neuspiller explicó en diálogo con ConBienestar que la reproducción asistida tiene dos grandes brazos: de baja y alta complejidad. En el primer segmento o camino, “luego de estudiar a la mujer y al varón, se inicia con algún tipo de medicación pero si con eso no funciona, se pasa a la inseminación artificial, que también es con medicación”.

“En este punto se busca inducir la ovulación. Previo a esto se toma la muestra del marido o banco de semen y se lo pone dentro del útero. Las posibilidades son entre un 14% y un 18 por ciento de ovulación. Se realizan además tres o cuatro inseminaciones para que acumulativamente sumen un 45%”, reseñó.

Fecundación in vitro

Si no hubo éxito, se pasa a las técnicas de alta complejidad, comenta el experto y director de IVI Buenos Aires. “Se vuelve a estudiar a la pareja y en lugar de dar poca medicación como fue en las etapas previas, ahora se necesita hacer una fecundación in vitro, por lo que se precisa mucha más medicación para que crezcan más folículos. Es un tratamiento de 10 días. Tras esto, se ingresa a la sala de aspiración, y con una aguja se aspiran los óvulos de los ovarios. Se extraen y se llevan al laboratorio. Se hace el proceso correspondiente: se pide la muestra de semen y se inseminan”, detalló Neuspiller.

En este punto en particular, amplió sobre dos métodos de inseminación: “La básica es una gotita con 100 mil espermatozoides para que se fecunda de manera natural. La otra es una inyección intracitoplasmática o ICSI en la cual se agarra el óvulo y se lo pincha con un espermatozoide. De cada 10 óvulos que se tratan así, siete se fecundan. Los otros tres no. En este paso hay que dejar evolucionar a los que lo lograron”.

A esta altura se suman variables que hacen aún más compleja la fórmula del éxito: la edad de la mujer, la condición del semen, la condición del laboratorio, los insumos van a interferir en el desarrollo de los óvulos en embriones al 5º día o no. Si es joven o menor a 37, señaló el ginecólogo, tiene más chances, pero si es mayor, “la probabilidad es más baja, al aumentar la edad, la condición de los óvulos empeora”.

Luego del 5º día, se toma una célula del embrión para analizar si es “genéticamente normal”. En una mujer de 40 años, sólo el 30% lo es. En este paso se realizan test como el “Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP)”.

Óvulos donados

“En los casos como de las mujeres mayores a 45 años, que tienen sólo un 2 o 3 por ciento de óvulos genéticamente normales, se les recomienda pasar a óvulos donados. En caso de estar por debajo de los 32 años, con óvulos donados la probabilidad de gestación se ubica entre el 60% y el 70%.

Por último, Neuspiller destacó que además “existen otros diagnósticos genéticos sobre los óvulos y para determinar si en la pareja son portadores de enfermedades recesivas”.

“La mitad de los tratamientos logran el embarazo y la probabilidad sube si se repiten. También y no es menos importante, es proporcional a la tecnología de la clínica en donde se practiquen. La ley actual obliga a las obras sociales y prepagas a cubrir los tratamientos, pero mientras hay una diferencia en los ingresos y costos. Los insumos, que son todos importados, subieron el 150% los precios. No se trabaja de la menor manera en este contesto, y esto afecta los resultados”, criticó en última instancia.