“Usualmente, se asocia a los robots con humanoides, pero pueden tener otras formas. Por ejemplo, los brazos robóticos y los modelos industriales, e incluso los vehículos autónomos o los parlantes inteligentes”, dice en diálogo con TN Tecno Marcela Riccillo, especialista en robótica e inteligencia artificial.

Siguiendo esa advertencia, comprendemos que los robots no siempre nos imitan, tal como lo hizo Robotina en la serie Los Supersónicos, o más acá en el tiempo Fedor, el ejemplar con fisonomía humana que Rusia envió esta semana a la Estación Espacial Internacional, entre otros tantos casos que podemos mencionar.

En la cada vez más caudalosa escena robótica, aparecen ejemplares que sorprenden. En ocasiones, lo hacen no por sus grandes capacidades y cualidades disruptivas, sino por señas sin dudas curiosas. A continuación, repasaremos algunos de los autómatas más insólitos que vimos en lo que va de 2019.

Los insectos como inspiración

Riccillo explica que, en términos generales, “los robots y los sistemas de IA son herramientas para ayudar y complementar al humano en labores que no puede o no quiere hacer”. La experta refiere a lo que en inglés se conoce como “tareas 3D” por las iniciales de dull (aburridas), dirty (sucias) y dangerous (peligrosas).

Con la mira puesta precisamente en las tareas riesgosas, en el campo robótico vimos algunos ejemplares que emulan a los insectos. Imitándolos, un autómata pequeño puede ingresar en zonas de riesgo, por ejemplo luego de un terremoto o un derrumbe, y ofrecer información vital para los socorristas.

Uno de los casos emblemáticos fue presentado recientemente por investigadores de la Universidad de California, en Berkeley, Estados Unidos. Se trata de un robot que emula a una cucaracha tanto en su tamaño, como en movimientos y resistencia.

En este paper publicado en la revista Science Robotics, los responsables de la “cuca-robot” explicaron que su criatura soporta una presión 1 millón de veces superior a su propio peso. En ese sentido, resiste el pisotón de una persona de 60 kilogramos. En el siguiente video, podés ver en acción a este diminuto autómata, uno de los más curiosos que haya emergido este año.

Además de actuar en situaciones de peligro, uno de los investigadores comentó que podría ser útil para arrojarlo en una tubería de gas y encontrar posibles fugas. Será insólito en cierto sentido, pero también es prometedor.

Limpieza con ritmo

Retomando el legado de la vieja y querida Robotina que muchos vimos en los dibujitos animados, autómatas desarrollados por la empresa LionsBot sorprendieron al mundo por sus capacidades para la limpieza en hoteles, centros comerciales y oficinas en Singapur.

Pero no sólo friegan, aspiran y barren en forma autónoma; mientras lo hacen cantan rap, tal como se puede ver en el video con el que se presentaron al mundo hace algunos días.

Cuatro máquinas de esta especie ya están operando y se espera que en marzo del año próximo haya otros 300 en funcionamiento. Según el director de Lions Bot, Dylan Ng, la intención fue crear un asistente que sea amable. Cada unidad se ofrece en alquiler a un equivalente a los 1.000 dólares mensuales.

“Soy lo más genial de la ciudad. Iluminaré tu mundo, oye, nunca fruncirás el ceño”, rapeó uno de ellos. Quizá sean geniales aunque, en ciertas ocasiones, algunos querrán ponerlos en “mute”.

Engaño sobre ruedas

Este año, los Kiwibots se convirtieron en verdaderas estrellas robóticas en California, Estados Unidos, más precisamente en los alrededores de la Universidad de San Fransciso. Allí, emprendedores de origen colombiano desplegaron los primeros autómatas de la startup Kiwi Campus, destinados a tareas de delivery.

“Los adoptamos como parte de la comunidad”, dijo una estudiante. Pero esa relación idílica podría cambiar ahora que salieron a la luz prácticas engañosas detrás de estos prometedores robots.

¿Qué ocurrió?

Tal como podés ver en el siguiente tuit, los Kiwibots son pequeños vehículos con cuatro ruedas, con una pantalla que muestra información y les permite tener gestualidad.

La compañía que los desarrolla decía que funcionan en forma autónoma, desde la tienda hasta el cliente. Pero un reporte del San Francisco Chronicle reveló que en verdad son operados a distancia por empleados (sí, humanos) que trabajan desde Colombia y cobran sólo 2 dólares la hora.

Si estas maquinitas ya eran curiosas antes de esta revelación e inundaban las redes sociales de los que las usaban para que llegue hasta ellos una hamburguesa o una ensalada; ahora son aún más insólitas. ¿Lograrán recuperar su reputación?