Un acantilado, veinte metros de altura y un teléfono móvil.

El pasado domingo 15 de septiembre tres jóvenes se sentaron sobre una peligrosa saliente junto al cerro de Santa Catalina, en Gijón, norte de España, para tomarse una selfie de alto riesgo.

La escena fue denunciada por la Policía Local, que publicó una instantánea en Twitter advirtiendo los peligros de este tipo de conductas.

“¿De verdad piensan que este es un lugar seguro para hacerse selfies?”, apuntan, tras informar que se vieron obligados a intervenir para prevenir a las protagonistas de la imagen del riesgo que corrían.

La zona, según informan medios locales, es frecuentada por jóvenes, por lo que el lugar permanecía acotado por el peligroso acantilado.

La moda de las selfies ha llevado a muchos viajeros y aficionados a la fotografía y a las redes sociales a poner en riesgo sus vidas para tomar una instantánea. Tanto es así, que entre 2011 y 2017, 259 personas fallecieron en el momento de tomarse un selfie. ¿Todo vale por una selfie?