La mayoría presenta obesidad y sobrepeso, de acuerdo a un relevamiento realizado por el Movimiento Barrios de Pie.

El 44 por ciento de los niños y adolescentes que asisten a comedores barriales están mal nutridos. Esto según un relevamiento realizado por la organización Barrios de Pie y el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana.

En sintonía con el aumento de precios de los alimentos, el porcentaje de menores con malnutrición creció dos puntos respecto al año anterior. Los niños de la primera infancia (de 2 a 6 años) son los más afectados por sobrepeso, obesidad y bajo peso.

Indicador

Así lo advierte el trabajo denominado "Indicador barrial de situación nutricional". Se presentará hoy, a las 10.30, en la sede de Gobierno de la Universidad Nacional de Rosario. Hace tres años, la organización puso en marcha un programa de detección precoz de malnutrición entre los chicos que asisten a comedores, merenderos y clubes barriales.

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Durante el primer semestre de este año, el relevamiento alcanzó a 2.543 niños y adolescentes de 0 a 19 años. Según describe el trabajo, se trata de chicos en situación de alta vulnerabilidad socio-sanitaria. Cuyos padres en su mayoría son titulares de programas sociales con transferencia de ingresos. Todos ellos asisten a espacios comunitarios ubicados en 42 barrios de las ciudades de Rosario, Santa Fe, Gobernador Gálvez y San Justo.

Barrios de pie

Barrios de Pie nació como organización en la crisis del 2001, cuando los barrios empezaron a poblarse de copas de leche y comedores comunitarios. "Crecimos en los barrios más pobres de la provincia. Y rápidamente nos dimos cuenta de que la necesidad no se acotaba al tema de la alimentación y fuimos abarcando más áreas, como educación, jóvenes, microemprendimientos y salud", señala Carina Benegas, coordinadora provincial de la organización.

El nacimiento del indicador de situación nutricional fue parte de este proceso. Profesionales de la salud capacitaron a los integrantes del movimiento para tomar la presión, hacer controles de vacunación y de alimentación.

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De esta forma, cada seis meses se mide y se pesa a los niños que se acercan a los comedores que funcionan los fines de semana. Y se registran estos datos de acuerdo a las categorías de peso y talla de la Organización Mundial de la Salud.