Hay miles de terapias o consejos para verte con varios años menos. Desde cremas hidratantes, inyecciones con colágeno, hasta brebajes hechos especialmente con productos extraídos de la naturaleza que aseguran ser milagrosos.

Madonna no solo se destaca por ser la diva indiscutida del pop. A sus 61 años, lleva una vida muy cuidada y balanceada por todos los tratamientos que estrictamente la acompañan en su día a día. Cuida la voz para seguir cantando como en los inicios de su carrera, también su figura para mantenerse en forma, y la última tendencia que ahora impuso se trata de mantener el cutis suave, fresco y libre de impurezas bebiendo su propia orina.

En los últimos días, subió un video a sus redes sociales en que se la puede ver entrando en calor para luego meterse a una bañera llena de cubitos de hielo. Bebe de una taza blanca un líquido amarillento que explica es su pis. Se cree que este procedimiento es lo último en trucos de belleza porque podría ayudar progresivamente a mejorar la piel, pero ¿es seguro o efectivo?

La opinión médica

“No es sano pero tampoco problemático porque la orina es un líquido estéril (siempre que no haya infección urinaria) así que no debería traer problemas”, explica a Con Bienestar Ariel Lestón Taburet, médico nefrólogo (M.N. 106107) del Hospital Nacional Posadas. Además, hace hincapié en que en la actualidad no hay estudios serios que demuestren que este método aporta algún beneficio.

Por el contrario, asegura sería malo meterse en una bañera con hielo como ella hace ya que podría producir hipotermia. “En pacientes con determinadas enfermedades como cardiopatías (afecciones cardíacas), hipotiroidismo (afección en la glándula tiroides) o enfermedades vasculares podría ser riesgoso, produciendo shock térmico”.

Orinoterapia como medicina alternativa

Esta práctica tiene siglos de historia. Es utilizada para fines medicinales y estéticos, incluida también como blanqueamiento dental.

“La orina es un producto de desecho de toxinas que el cuerpo no necesita por eso lo expulsamos, y no estoy de acuerdo en usar esos restos como bienestar cuando existen tantos productos con excelentes resultados”, argumenta a este medio Samira Bonomo Barcellos, dermatóloga universitaria (M.N. 115.874) y miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología. La especialista afirma que no hay evidencia científica que apoye su uso terapéutico y en todo caso, “habría que realizar estudios que avalen su implementación”.