Por Martín Federico LOMBARDO*

El pasado domingo 24 de noviembre, se llevó a cabo el ballotage presidencial en la República Oriental del Uruguay, entre el candidato oficialista Daniel Martínez del Frente Amplio contra el senador Luis Lacalle Pou, por el partido Nacional. Otorgando un resultado primario de ventaja a favor del dirigente opositor, siendo votado por el 48,71 % contra el 47,51% de Martínez.

Dicho esto, podemos asegurar que el vecino país tendrá un cambio de signo político tras tres mandatos del Frente Amplio, en manos de Tabaré Vázquez (actual presidente) en dos ocasiones y José ´Pepe´Mugica.

Uruguay es un país con un sistema presidencial, y tiene para sí una democracia republicana, pero a diferencia de la República Argentina, su estado es unitario. Por lo que tiene sus particularidades a saber.

Este país, que dejó atrás la dictadura militar, con el gobierno de Julio María Sanguinetti (1985-1990) tiene un período presidencial de 5 años. Y desde la reforma constitucional del año 1996, se incorporó la figura del ballotage o segunda vuelta para la elección presidencial. Ocurriendo la primer contienda de este tipo en las elecciones de 1999, donde al Dr. Jorge Battle –del Partido Colorado- se impuso en segunda vuelta contra el actual mandatario Tabaré Vázquez.

Ese primer ballotage tuvo algo asimilable a lo sucedido este domingo: el candidato que gana en la elección general, luego es derrotado en segunda vuelta; y el ganador logra sumar el apoyo de las fuerzas en un ¨todos contra¨; ya que Lacalle Pou, tras la primera vuelta del domingo 27 de octubre, logró el encolumnamiento de los partidos Colorado, de la Gente, Independiente y el Cabildo Abierto.

Esta sumatoria de fuerzas lo ponía en las encuestas previas, con una clara ventaja por sobre Martínez. Inclusive su campaña post generales, fue muy masiva y avasalladora. Por eso muchos analistas se sorprenden de la escasa o mínima diferencia que surgió del escrutinio primario.

La realidad es que escrutado el 100% de los circuitos, y con una totalidad de 1.168.039 sufragios del binomio Lacalle Pou-Argimón contra 1.139.353 de Martínez-Villar; aun quedan por abrirse y escrutarse los llamados votos observados, que son unos 35.229. Para entender que son los votos observados, podremos afirmar que son aquellos que suceden cuando un elector de un circuito X, termina votando en otro; ya sea por necesitar ejercitar el voto accesible (primera vez que se emplea en este país) acudiendo a un circuito donde las condiciones de accesibilidad sean mejores que la original; o bien las autoridades de mesa o de seguridad, que por su destino en el comicio, no han podido ejercer su derecho en el circuito que le corresponde.

Así las cosas, sobre los 35.229 votos, que están ya dentro de las urnas, y solo quedan escrutar, la fórmula de Martínez-Villar debería obtener el 90% de los mismos, solo para intentar empatar a Lacalle-Argimón. Faena difícil de realizar, atento a que, y si tomamos como parámetro lo sucedido en la elección de octubre, solo el 27% de los votos observados fueron a los candidatos frenteamplistas.

Estimo que no hay dudas que la Corte Electoral investirá a Lacalle Pou como nuevo presidente. El cual tendrá una Cámara de representantes y un senado, a su favor, siguiendo con la idea de que la coalición que logró para el ballotage se encuentre unida en estos 5 años de período que tiene por delante, y que asumirá el próximo 1 de marzo de 2020.

Recordamos al lector, que Lacalle Pou, se impuso en 17 de los 19 departamentos; logrando ventajas porcentuales superior a 20 puntos en 33, Lavalleja, Rivera y más. Sólo en Montevideo y Canelones, Martínez pudo superar por pocos puntos a la fórmula blanca.

Uruguay, al igual que la Argentina, tiene un cambio de signo político, donde el oficialismo, cede ante la oposición.

Martín Lombardo· Abogado (UNL) – Especialista en Análisis, Derecho y Gestión Electoral (UNSAM) – Observador Electoral Internacional