El hasta hoy jefe de la policía de Santa Fe, Víctor Sarnaglia, ingresó a Casa de Gobierno minutos después de las 10 para presentar su renuncia al gobernador Omar Perotti. En su lugar asumió la hasta entonces vicejefa de la fuerza, Emilce Chimenti, quien ya cumplía esas funciones desde el martes de manera interina.
Durante el fin de semana, Sarnaglia emitió una carta dirigida a sus subalternos donde agradeció el compromiso y responsabilidad de los agentes de la fuerza, mientras que aseguró que “continuará militando, desde donde sea para que nuestra provincia, nuestras familias y vecinos vivan más seguros”.
Tras la reunión con el mandatario, Sarnaglia reveló que en el encuentro se habló del por qué de su salida, la cual no tendría que ver con el funcionamiento de la fuerza policial, sino a ciertas “incompatibilidades con funcionarios”.
Por otro lado, reconoció que en funciones no pudo resolver “una cierta cantidad de temas”, pero valoró el equipo de trabajo que lo acompañó. “Cuando yo mismo recorrí desde Gato Colorado a Rufino, vi cumplir a los agentes, allí donde no hay nadie. He visto a los bomberos combatir el fuego con un trapo de tela y eso es valorable”, señaló Sarnaglia.
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Asimismo, remarcó que su alejamiento de la fuerza no tuvo que ver con la citación por parte de los fiscales del Ministerio Público de la Acusación (MPA) a cargo de la investigación de una red de juego clandestino en Rosario. “No afronto ninguna situación judicial, me presenté como testigo y no estoy imputado en ningún caso. El propio imputado declaró que no me conoce”, explicó al móvil de Mañana OH!.
"Ustedes saben dónde vivo, cómo vivo. Esta corbata es del año '94 y el traje del '97. ¿Quién puso y por qué razón las cinco letras de mi apellido? Que investiguen los fiscales que lo vienen haciendo muy bien", expresó.
Al mismo tiempo, Sarnaglia no ocultó que existe en todo Santa Fe "una situación grave con los delitos y a esto hay que sumarle la pandemia. En la provincia faltan unos cinco mil policías, tenemos problemas edilicios y de funcionamiento de móviles, a lo que podríamos sumar la cuestión salarial, ya que los agentes de la fuerza ganan menos que un empleado de comercio”, sentenció.
Finalmente, no ocultó su pesar y reconoció que “hoy es un día duro para mí, para mi familia y creo que también para la policía de la provincia. Los recientes cambios rompieron un equipo de trabajo. Eso determinará un ajuste en el funcionamiento de por lo menos dos meses”.
Tensiones
Los hechos que precipitaron la renuncia de Sarnaglia estuvieron vinculados a la declaración como testigo en el marco de la causa por juego clandestino que se tramita en la ciudad de Rosario. De hecho, la relación entre el ministro de Seguridad, Marcelo Saín, y el ex jefe de la policía comenzó a tensarse a partir de la aparición de una nota en medio de la investigación que llevó al banquillo al exfiscal regional Patricio Serjal y al fiscal Gustavo Ponce Asahad por cohecho y el incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos.
En rigor, la salida de Sarnaglia puso fin a un dilatado conflicto que mantenían con Sain prácticamente desde el mismo día que asumieron. Si bien Sarnaglia se encontraba a cargo de la jefatura de Policía, el ministro recalcaba siempre que era el jefe de la Policía preventiva, una de las tres, junto con Asuntos Internos y la Agencia de Investigación Criminal.
A fines de abril hubo un pico de crisis y fue el gobernador Perotti el que calmó las aguas, pero el parche no duró mucho. Sarnaglia estaba allí por decisión exclusiva del gobernador, con quien tiene un vínculo personal y cuando estaba armando el gabinete lo fue a buscar a su casa para ofrecerle el cargo, según ellos mismos contaron en su momento.
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