A raíz del fallecimiento de uno de los socios comenzó un enfrentamiento. El que llegó a su fin tras acordarse el cierre de las sucursales de la firma en la ciudad.
“Esta situación comenzó a gestarse en el 2013,desde ese entonces estamos tratando de conservar la firma. Este año se nos juntó la crisis interna del local con la crisis del país y no lo pudimos sostener más”, explicó Gabriela Maidana, integrante de una de las partes societarias de la empresa.
Si bien el establecimiento panaderil tiene una tradición de 96 años en la mesa santafesina, la sociedad conformada por los Maidana-Sabena era propietaria de la empresa desde hacía 46 años. "Nosotros hace varios meses tomamos la decisión, los empleados estaban al tanto, –aclaró Maidana– demoró un tiempo porque queríamos cumplir con todos los aspectos vinculados con las indemnizaciones, buscamos la mejor forma para poder cumplir con todos.”
La firma contaba con un total de 23 empleados con los que la familia se mostró agradecida por el acompañamiento y respaldo tanto de parte de los trabajadores como de sus proveedores.
Una de las patas del acuerdo al que llegaron las familias consiste en el hecho de que ninguna de estas podrá utilizar a futuro el nombre “9 de Julio”. Tras una historia de trabajo y haber conformado una familia junto a los empleados que trabajaron codo a codo, hoy los socios atraviesan una etapa de duelo."Las dos familias crecimos con el negocio", destacó la integrante de la firma.