La escalada de violencia que azotó a la ciudad de Santa Fe en los últimos días, generó tensiones y críticas al interior del propio Gobierno Provincial. La inseguridad, la inacción de la policía y la falta de respuestas del Ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro, reavivó viejos resquemores dentro del Socialismo.
El propio Gobernador, Miguel Lifschitz, no ocultó su descontento y ante los fuertes pedidos de renuncia del Ministro de Seguridad, la tensión se atenúa. La movilización por la muerte de Julio Cabal, impactó fuertemente en la imagen del gobierno, por lo que el gobernador parece haberle soltado la mano.
El fastidio con el Ministro de Seguridad alcanza, incluso, al sector policial. Allí apuntan que Pullaro siempre intentó reducir las horas extraordinarias (OSPE) como también disminuir la intensidad de los patrullajes.
La acefalía en materia de seguridad desprestigió los últimos meses de un Gobierno en transición que parece sin respuestas.