Rolando Bessone tenía 35 años, estaba divorciado y era padre de dos nenas. Lo atacaron sin mediar palabra desde una moto y se llevaron dos celulares.

 

Un hombre de 35 años murió ayer tras agonizar 18 horas luego de ser atacado a sangre fría con un disparo de arma de fuego que le impactó en la cara.

El ataque, que se presume fue el desenlace del robo de dos teléfonos celulares, ocurrió el jueves a la noche.

Rolando Bessone fue baleado sin mediar palabras por desconocidos que se desplazaban en moto mientras estaba con su pareja a bordo de un auto en una zona semidescampada de la ciudad de Pérez.

Familiares, amigos y vecinos de la víctima marcharon anoche para exigir justicia y mayor seguridad en la zona.

Qué pasó esa noche

Macarena Ayelén P., de 24 años y pareja del hombre, contó que el jueves se encontraron cerca de las 21.30. Se dirigieron a bordo de un Chevrolet Corsa hasta un camino semirrural que corta la avenida Belgrano.

La joven, aún shockeada, dijo que Bessone estaba del lado del conductor y ella de acompañante. Imprevistamente aparecieron dos personas en una moto. Sin mediar palabra uno de los desconocidos sacó un arma de fuego, le apuntó a Rolando en el rostro y le disparó.

Los investigadores ponderan que pudo tratarse del desenlace de un robo, ya que los delincuentes alcanzaron a sustraer dos teléfonos celulares del interior de auto.

La víctima ingresó de urgencia al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca), donde le diagnosticaron herida de arma de fuego en el cráneo.

El hombre resistió con vida hasta las 16 de ayer, cuando el Ministerio Público de la Acusación (MPA) comunicó oficialmente que falleció.

El caso quedó en manos de la fiscal de la unidad de Homicidios Dolosos Georgina Pairola.