“La familia Denis y todos los trabajadores de Los del Bohío informan con profundo dolor a todos ustedes que Juan Carlos Denis ha fallecido”: así se anunció en las redes sociales del prócer de la cumbia santafesina su fallecimiento a los 72 años.
Leer también: Casi 30 mil personas pasaron por la Fiesta Nacional de la Cumbia Santafesina
El comunicado destaca: “Juan Carlos Denis fue, es y será el creador de la Cumbia Santafesina, pero ante todo fue una gran persona y un colega y profesional intachable. Quiso tocar hasta el último instante de su vida, ya que sus últimas palabras fueron que deseaba puntear algunas canciones para que sus fans lo vieran que aún podía tocar.
Inicios
Comenzó su carrera musical a los 15 años. Tocó en grupos de la época como: Jorge y sus Estrellas (1965), Los Cumbiambas (1965), Los Tekilas (1968), Emil Villar y los Diablos" (1970), Aleluya (1972) y El Cuartetazo (1974). A Los Palmeras los acompañó en varias grabaciones.
Afirmaba que su semillero fueron Los Cumbiambas y con quien conoció la adrenalina del escenario por primera vez fue con Emil Villar. Recién en 1976, a la edad de 26 años, armó con un grupo de músicos (Victor Salvador “Ratón” Duarte en voz y güiro-, Alberto Chalita en bajo y coros y Joaquín “Cacho” Carafa en timbales y percusión) Los del Bohío, que creo el nuevo estilo.
La aceptación del primer disco “A mi gente” fue unánime en el público santafesino. El hecho de ejecutar una guitarra tan hábilmente y hacer bailar sin la necesidad de un acordeón fue considerado una genialidad.
Inspiración
Contó hace unos años, en el suplemento No de Página 12: “Yo venía de escuchar grupos instrumentales como The Shadows, también música clásica, Frank Sinatra y grandes guitarristas de tango como Roberto Grela o Guillermo Neira. Curtí muy poco el rock y no escuchaba nada de cumbia”. Juan Ignacio Provendola destacaba allí que “inauguró con ‘A mi gente’, el disco debut de 1978 de un grupo que le aportaba a la música tropical nuevos colores y texturas, empardadas con el pulso del ska, la digitación del flamenco y la vibración valvular. Una música de cierto refinamiento instrumental, apuntalada por manifiestos de amor, derrota, lamento y poesía agridulce que le daban a la cumbia una expresividad triste, existencial, ya no obligada a inducir al baile por el baile mismo”.