Francisco recibió ayer en el Vaticano a un grupo de 39 prelados nacionales. "Nos dijo que su deseo es venir", declaró luego monseñor Jorge Lozano.

El Papa Francisco dejó ayer "abierta la puerta" a un posible viaje a la Argentina. Fue al reiterar que tiene el "deseo de visitar" el país, aunque aún no hay fecha confirmada. Lo hizo durante un encuentro que mantuvo con 39 obispos que realizan la visita "ad limina" al Vaticano. En la que también convocó a los pastores a que dediquen "tiempo a los pobres".

La pregunta

Así lo informó el arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Lozano, en diálogo con la prensa. Fue tras una reunión de dos horas que mantuvo un grupo de obispos de las regiones Patagonia, Centro, Cuyo y NOA en el Palacio Apostólico con Francisco.

"Le preguntamos al Papa cuándo iba a venir a la Argentina, que es nuestro deseo y el del pueblo. Que percibimos este anhelo en la gente, y él nos dijo que su deseo es venir", aseguró Lozano en diálogo con medios argentinos en la Santa Sede.

"Nos dijo que este año seguro que no por su agenda ya bastante completa de viajes al exterior. Y quedó abierta la puerta a que cuando pudiera lo iba a tener en cuenta, de acuerdo al contexto de otras demandas que también tiene de visitas a otros países. Porque su deseo es poder venir", agregó Lozano.

Encuentro

En el encuentro, el pontífice reiteró a los obispos que en 2017 estaba agendado un posible viaje a su país natal, pero luego se modificó el plan de visita a Sudamérica por el proceso eleccionario en Chile en ese año. "No dijo ni fecha ni año, dijo que en cuanto pueda", precisó Lozano.

Durante la reunión, Francisco les pidió también a los pastores que escuchen y le dediquen "tiempo a los pobres", como un "gesto de cariño y predilección" hacia ellos.

"Le planteamos muchas inquietudes; entre ellas nuestra preocupación por los pobres y él, conociendo alguna de las iniciativas que tenemos en la Iglesia en Argentina, nos alentó en la atención a los adictos a las drogas, y escuchar y dedicar tiempo a los pobres, como un gesto de cariño y de predilección", afirmó Lozano.

Asimismo, el Papa les pidió a los obispos argentinos "dedicarle tiempo a los jóvenes, que nos sentemos a escucharlos".

El arzobispo de San Juan agregó que Jorge Bergoglio destacó como positivo el valor de "la clase media de la santidad, la cantidad de gente buena que hace el bien desinteresadamente" y criticó en cambio "el rencor y el chisme".

La Salle

Luego del encuentro con los obispos, el Papa pidió ayer a los Lasalianos que imiten la "pasión por los últimos y descartados" de Juan Bautista de La Salle, especialmente donde prevalece "la cultura de la muerte" en un discurso con motivo del 300º aniversario de la muerte de su fundador.

"No se cansen de ir en busca de aquellos que se encuentran en las modernas ‘tumbas' del desconcierto, de la degradación, la dificultad y la pobreza, para ofrecer esperanza para una nueva vida", les exhortó el Pontífice.

El Papa los alentó a seguir "el surco" del testimonio apostólico de La Salle y poner en práctica la "cultura de la Resurrección" mientras que defendió que la Iglesia no puede permanecer "ajena a las contradicciones sociales de los tiempos con los que está llamada a confrontarse".

Misión educativa

En la Sala Clementina del Vaticano, el Papa instó a retomar "el impulso de la misión educativa" de La Salle que ha definido como "un testigo para tantos de sus contemporáneos" y un "pionero en el campo de la educación".

"Este importante aniversario de su Fundador —señaló el Papa refiriéndose a los 300 años de la muerte de San Juan Bautista de La Salle—, es una buena oportunidad para que su Instituto destaque la figura de un pionero en el campo de la educación, que en su época ideó un sistema educativo innovador".

Así, destacó que su visión de la escuela le llevó a madurar cada vez más su convicción de que "la educación es un derecho de todos, incluso de los pobres".

También recordó que no dudó en renunciar al canonicato y a su rica herencia familiar, para dedicarse enteramente "a la educación de la clase social más baja".

El Papa también reivindicó que La Salle emprendió reformas audaces de los métodos de enseñanza por ejemplo al sustituir "el latín por el francés, que normalmente se utilizaba en la enseñanza" o dividir a los alumnos "en grupos de aprendizaje homogéneos con miras a un trabajo más eficaz".

Nacido en Francia en 1651, La Salle fue un sacerdote, teólogo y pedagogo innovador, que consagró su vida a formar maestros; fundador de la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas.