Con el mercado de pases prácticamente recién comenzado, son pocas las incorporaciones. Al durar cerca de tres meses, muchos especulan y piden quizás más de lo esperado, tanto clubes como jugadores y las cosas se demoran. En el caso de Unión, Federico Vera es el que está en la vidriera.
Tras renovar su contrato, se estipuló una cláusula de rescisión de 800.000 dólares. Para muchos, una cifra baja por ser un jugador titular en un fútbol argentino donde se solicitan números mayores. Tiene que ver con un "compromiso de venta" de los dirigentes tras rechazar en su momento una oferta de Macabi Tel Aviv de Israel y un préstamo de Huracán.