Un equipo científico de la Universidad de Oviedo, liderado por los bioquímicos Carlos López Otín y Pedro Moral Quirós, demostró que mantener sana la flora o microbiota intestinal mejora la salud y la esperanza de vida. La prueba fue realizada en “ratones con envejecimiento acelerado”.

El estudio fue publicado en la revista Nature Medicine, y contó con la colaboración del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de París, el Instituto de Productos Lácteos de Asturias, la Universidad de Zaragoza y la Universidad Europea de Madrid. En este trabajo, el equipo de investigación estudió el microbioma de ratones y pacientes con envejecimiento acelerado o progeria, según detalla la institución asturiana.

El síndrome de progeria de Hutchinson-Gilford, una enfermedad poco frecuente que afecta a una persona de cada cuatro millones, provoca un envejecimiento acelerado durante la infancia que conduce finalmente a una muerte prematura de los pacientes.

Según el informe, se demostró que los ratones y pacientes con progeria presentan pérdida de masa bacteriana benéfica o disbiosis intestinal. López-Otín explica que uno de los objetivos era identificar qué alteraciones estaban presentes en las bacterias del intestino de los ratones y pacientes con progeria. Además se buscó analizar si los microbios ejercían un papel perjudicial o beneficioso.

En el mismo estudio, añade López-Otín, se investigó la microbiota de adultos mayores y se constató un aumento de bacterias beneficiosas como "Akkermansia muciniphila", que se encontraba además disminuida en los ratones con progeria. Por su parte, su compañero Moral Quirós apunta que la regulación de la microbiota intestinal por medio de trasplantes o probióticos es una de las líneas de investigación más prometedoras para el tratamiento de ciertas enfermedades humanas, especialmente aquellas relacionadas con trastornos metabólicos.

En este sentido, el equipo de investigación asegura que logró demostrar que el trasplante de microbiota fecal de ratones sanos o el tratamiento con la bacteria probiótica "Akkermansia muciniphila" extiende la vida de ratones con envejecimiento acelerado.

El trabajo sostiene que “el trasplante de microbiota podría utilizarse como futura terapia en enfermedades relacionadas con el envejecimiento”.