El banco estadounidense Capital One reconoció que piratas informáticos accedieron a los datos de cerca de 100 millones de solicitudes de tarjetas de crédito de sus clientes.

Según la compañía, accedieron a la información de aquellas personas que pidieron una tarjeta de crédito entre 2005 y 2019.

En la gran mayoría de los casos se trata de datos personales como nombres, direcciones, teléfonos, fechas de nacimiento o ingresos, así como el historial crediticio. Además, lograron obtener los números de Seguridad Social de 140.000 personas en EE.UU. y de un millón en Canadá. La atacante también obtuvo números de cuentas bancarias de 80.000 personas, según reconoció la entidad.

En un comunicado paralelo, el Departamento de Justicia informó que el FBI detuvo en Seattle a la presunta responsable del robo, identificada como Paige A. Thompson. Cuando la atraparon, la mujer contaba con una copia de la información hackeada.

"Si bien estoy agradecido de que el autor haya sido detenido, lamento profundamente lo que sucedió. Pido disculpas sinceras por la comprensible preocupación que este incidente debe estar causando a los afectados y me comprometo a repararlo", dijo en un comunicado el consejero delegado de Capital One, Richard D. Fairbank.

En el comunicado, Capital One calcula que este robo le costará entre 100 y 150 millones de dólares entre abogados, seguridad informática y servicios bancarios a los afectados.

Thompson está acusada de fraude y abuso informático, un delito se castiga con hasta cinco años de cárcel. Según documentos judiciales, fue la misma hacker quien dio a conocer el robo a través de la plataforma de desarrollo colaborativo GitHub.