Dos motivos potencian la aceleración: el abultado cronograma de vencimientos que se acumula desde abril. Y el pedido de empresas privadas para poder volver al mercado voluntario.

Negociación “fast track”. Así define el “albertismo”, como un acuerdo rápido, la negociación que quiere encarar con los acreedores externos. Esto tanto con el Fondo Monetario Internacional (FMI) como con los privados externos e internos. La intención es abrir ya en diciembre el marco negociador, acelerar los tiempos con propuestas que se plantearán antes que termine 2019. Y cerrar ambos acuerdos durante el primer trimestre de 2020.

El motivo para abrir una negociación rápida es doble: el cronograma de vencimientos de deuda y la disponibilidad de reservas para cumplir con los compromisos programados. Y los pedidos que le hicieron muchas empresas privadas al propio Alberto Fernández (especialmente petroleras), sobre la necesidad de salir a colocar deuda en el exterior lo más rápido posible.

Vencimientos

Los vencimientos de deuda externa en dólares que se acumulan entre diciembre y marzo llegan a los u$s7.651 millones. Una cifra alta pero que es manejable con los niveles de reservas que, se espera, quedarán en el Banco Central al 10 de diciembre.

Según las proyecciones oficiales (en las que coincide el “albertismo”), los dólares acumulados en la entidad llegarían a los 14.000 millones. De los cuales unos 11.000 millones figuran como de libre disponibilidad y, en consecuencia, utilizables para pagar la deuda. Reconocen cerca del presidente electo que el ritmo de compras actual por parte de la entidad ayuda y mucho a la posibilidad de recuperar los dólares de libre disponibilidad.

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Desde la aplicación del cepo hard ya se recuperaron unos 1.600 millones de dólares en compras diarias por parte del BCRA. Y se estima que la cifra superaría los u$s2.000 millones. Se supone, además, que habrá una aceleración en la liquidación de exportadores en los próximos días, en parte por los temores generados por las medidas que pueda tomar el próximo gobierno de encarecimiento de la presión tributaria para este sector.

Con este panorama, confían en el “albertismo”, estarían los dólares disponibles para cumplir con todos los vencimientos de deuda acumulados hasta marzo del año próximo. Incluyendo un pago en diciembre de unos u$s600 millones de la liquidación de intereses del legendario bono a 100 años.

El problema de los vencimientos es la aceleración que comienza en abril y se profundiza en mayo. Según el cronograma oficial, en el cuarto mes de 2020 vencen unos u$s2.890 millones, mientras que en el quinto unos u$s5.610 millones. Ambos montos suman unos u$s8500 millones, los que sumados a los 7.651 del primer trimestre suman u$s16.151 millones, un número imposible de afrontar con el nivel actual de reservas. Mucho menos sin el auxilio del FMI.

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Financiamiento 

El segundo motivo por el cual se buscará un acuerdo rápido, es el pedido de muchas grandes empresas que se encontraron con Alberto Fernández en estos tiempos de, hasta ahora algo fallida, transición. Y que le reclamaron llegar rápido a un acuerdo de deuda con los acreedores para poder salir al mercado a buscar financiamiento. Especialmente están interesados en este proceso las petroleras ya radicadas en Vaca Muerta. Hubo un último caso que entusiasmó a los mercados: la colocación del viernes de la semana pasada de un bono por u$s120 millones al 5% anual de parte de Pan American Energy (PAE). Operación que, más allá del monto simbólico, demostró que el mercado está dispuesto a abrir las posibilidades de colocaciones de empresas, algo prácticamente vedado hasta que el país haya despejado sus problemas de deuda por un plazo largo.

Proyecciones

La intención del oficialismo ante la oferta a los acreedores sigue siendo la misma que hace un mes: cuatro años de plazo sin pagos pero sin quita; acelerando las negociaciones con los privados para luego presionar al FMI para que avale lo firmado con los principales acreedores financieros. En el caso del organismo financiero internacional, y tal como aseguró este diario, no hay problemas en que continúe firme el apoyo político directo del Gobierno de Donald Trump.