Brasil tomó una serie de medidas de salvataje para el sector turístico, que tuvo pérdidas superiores a los 2.800 millones de dólares desde la segunda quincena de marzo, según un informe de la Confederación Nacional de Comercio de Bienes, Servicios y Turismo.
Ante la dramática situación, afectada por una política ambivalente frente a la pandemia, el Gobierno y diferentes estados dispusieron beneficios fiscales y crediticios, entre otros, para un sector cuyos ingresos representan cerca del 8 por ciento del PIB brasileño y genera unos siete millones de empleos directos e indirectos en todo el país.
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El 96 por ciento de los consumidores cancelaron o pospusieron los viajes agendados para abril; el 94,2 por ciento de los programados para mayo y el 63,5 por ciento de los contratados para junio. Asimismo, se estima que el fisco dejará de percibir temporalmente pagos por unos 16.000 mil millones de dólares.
Medidas para el sector
Entre las medidas dispuestas, se determinó una postergación hasta el último trimestre del año del pago de impuestos que vencían entre abril y mayo, para PyMEs (80 por ciento del sector), microempresarios y personas físicas, informó la Agencia de Promoción Internacional del Turismo de Brasil (Embratur).
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Ante esta situación, se dictó un decreto por el cual se permite a las empresas, en acuerdo con sus trabajadores, la suspensión de contratos de trabajo por hasta 60 días y la reducción de jornadas laborales y salarios por hasta 90 días, y la pérdida de ingresos de los trabajadores será en parte compensada con pagos del Estado.
Por otra parte, las empresas del sector turístico y de entretenimiento fueron eximidas de reembolsar los pagos a usuarios por servicios no prestados a causa de la pandemia, por lo que los cargos podrán reprogramarse o canjearse hasta 2021.